Y si, se
acaban las vacaciones de invierno nomás; esos quince días al año en el que los
niños disfrutan de un merecido descanso entre tanto estudio, y nosotros, los adultos, al comienzo estamos
felices de tenerlos por dos semanitas a nuestra entera disposición, poder
disfrutar de su presencia correteando por la casa las 24hs. horas del día... el
tema es que, los mayores no suelen tener estas vacaciones (salvo que seas
abogado, como un servidor, ejem), y ya el hecho de no tener en donde meter a
los pibes durante 15 largos días es más que una complicación. Y aunque uno también
tenga los días libres, al término de las dos semanas ya no queremos saber más
nada con correr detrás de un grupo de insurgentes infantes que parecen no tener
un mínimo de tranquilidad y que encima entran en un frenesí consumista que nos
obliga a nosotros, pobres indefensos, a tener que soportar todo tipo de juegos
humillantes o llevarlos a ver espectáculos tan denigrantes como el de
cualquiera con tipos disfrazados de muñecotes haciendo monigoteadas. En fin, ¿a
qué lleva todo esto? A una lista de 10
pibes (o grupos de idem) que te van a demostrar que es mejor conformarse con
pasar 15 días con los diablos de tus hijos/sobrinos/nietos/primos, etc. que 5
minutos con ellos... un pequeño aliciente, bah
¿Dudas de
las malas juntas que tiene ese chico? Bueno, date por agradecido de que no se
junte con los de Cosecha Negra (Children of the Corn, 1984).
Un
matrimonio de recién casados (Linda “Sarah CONNOR” Hamilton y Peter Horton) va
a parar a un perdido pueblito de Nebraska donde lo que les espera es un grupo
de niños que viven solos en el pueblo, y no porque los adultos esten todos
trabajando, sino porque los mataron, los chicos mataron a los grandes ¿se
entiende?. Los niños forman un culto “religioso” adorador de “el que camina
entre el maíz”, culto que se basa en que los adultos sin personas corrompidas
por lo que hay que eliminarlos, y listo. Como un Peter Pan pero más extremo.
Una
advertencia, sin con solo la secuencia de títulos de esta película no te cagas
en las patas del miedo, es que no tenés alma.
Estos pibes
sembraron (jeje) el terror a lo largo de 7 secuelas y una remake, cada una
desvirtuándose cada vez más del cuento corto original de Stephen King.
¿Te cansas
de decirle que se comporta como El Diablo encarnado? Bueno, para los Thorn eso
sería más que un eufemismo.
En el
excelente opus de Richard Donner La Profecía (The Omen, 1976)
el embajador de Gran Bretaña Robert Thorn y esposa (Gregory Peck y Lee Remick)
tienen un hijo que les nace muerto, es entonces cuando un pastor le aconseja a
él que tome a un bebé cuya madre murió en el parto y que no le informe nada a
su esposa. Robert acepta, con tan mala suerte que el chico, Damien (Harvey
Stephens) resulta ser el Anticristo. De ahí en más, la ida para los Thorn (en
especial su madre) va a ser un calvario, el nene se reusa a ir a la Iglesia y
lo van a rodear todo un séquito de extraños personajes que tienen el fin de
protegerlo a como dé lugar y así en un futuro se convierta en el Presidente de
los EE.UU.
Terror más
sugerido que gráfico, pero aún así mantiene muchísima tensión haciendo que uno
quede sugestionado pasado bastante tiempo de terminado el film.
Esta
película tuvo tres secuelas y una remake, pero ninguna le hizo ni cosquillas a
este clasicazo.
El pibe
quería ir a la montaña rusa, vos te quisiste negar, pero no pudiste; cuando
termina la vuelta el nene está pálido, empieza a putear porque lo obligaste a
subirse a ese juego y encima se agacha y te vomita todas las zapatillas... aún
así es mejor que lo que tiene que pasar la madre de Regan MacNeil en El
exorcista (The Exorcist, 1973).
Esta obra
maestra de Willian Friedkin no en vano es considerada la mejor película de
terror de todos los tiempos.
Chris
MacNeil (Ellen Burstyn) es una actriz que observa como su hija Regan (Linda
“Cadenas Calientes” Blair) de a poco empieza a cambiar su comportamiento y luce
muy enferma. Habiendo recurrido a médicos de todo tipo, e incluso psiquiatras,
recae en las manos de dos sacerdotes que le informan que su hija está poseída
por un demonio, el Padre Damián Karras (Jasón Miller) y el Padre Merrin (Max
Von Sidow).
En esta
larga sesión de espiritismo, los dos hombres clericales deberán soportar al
demonio encarnado en la inocente niña que, entre otras cosas, la hace vomitar
sopa de arvejas, espetar un rosario de puteadas, bajar unas escaleras de una
manera por lo menos incómoda, y meterse un crucifijo en un lugar no santo.
Al igual
que las anteriores, existen tres secuelas que van de mediocres a meramente
espantosas (la segunda es consideraqda una de las peores películas de la
historia), y si bien todavía no se cayó en la tentación de la remake (aunque
hay muchas que son un calco), si existen dos versiones de la cuarta película,
pero no viene al caso.
ANTES DE EMPEZAR CON ESTA PELÍCULA
ADELANTO QUE VOY A TIRAR SPOILERS FEOS SOBRE ELLA
¿Te
enorgullece que tu nene sea tan maduro?¿Te preocupa que tu chiquita se comporte
como un adulto? Los Coleman también pensaban lo mismo, salvo que en caso había
una justificación, la nenita tenía 33 años. Sí, la edad de Cristo pero en una
encarnación del Diablo, jodidísima y que encima se hace pasar por una nena de 9
años; estoy hablando de La Huérfana (The Orphan, 2009).
En esta
verdadera sorpresa del cine de suspenso, Vera Fármiga y Peter Sarsgaard tienen que enfrentarse a la adopción de una
nena rusa que al principio parece un amor pero no tarda en mostrarse como una
criminal, cuasi mafiosa, y con serios disturbios sexuales... claro, al final va
a llegar la explicación de los 33 años. IN-CRE-I-BLE realmente muy buena.
Siempre quisiste
tener un bebé rubio de ojos celestes... bueno, pensalo dos veces. En El pueblo de los malditos (Village
of the Damned, 1960) todo los habitantes de un pueblito (inclusive las
mascotas) caen desmayados por unos minutos, y al despertar todas las mujeres
están embarazadas. Ahhhh, un regalo divino, bueno, no tanto, estos nenes van a
crecer (muy rápido) y se van a convertir en unos extraños nenes albinos de ojos
claros y brillantes... que tienen el poder de la telepatía. Si, los pibes se
comunican entre ellos sin hablarse y le controlan la mente a todos los humanos;
pero no van a usar sus poderes para obligar a los padres a comprarles los
últimos juguetes, sino que se van a reunir y empezarán a eliminar a todos los
que se les interpongan o quieran averiguar más sobre sus extrañas conductas.
El
pueblo... creo una
gran conmoción en su momento, causando un cierto pánico entre sus espectadores
(está bien, eran tiempos de Guerra Fría y los pibitos parecen rusos); y aunque
hoy perdió algo de su impacto la verdad es que logra sugestionar.
En 1963
tuvo una secuela rarísima The Children of the Damned en la que los nenes
dejaban de ser malosos per se y se convertían en una suerte de mini reunión de
lo ONU incomprendidos por los humanos (atención al chinito albino). En 1995
John Carpenter realizó una muy lograda remake de la primera directo a video y
TV.
¿Te
enorgullece que sea tan apegado a sus padres? Todo bien, mientras no sea tan
posesivo como los nenes de estas dos películas (que uní en un solo puesto/item
porque son muy parecidas)
En Mikey
(1992) un pre-adolescente (Biran Bonsall) huérfano va pasando de familia
adoptiva en familia adoptiva. Esto se debe a que cada vez que Mikey entra en
una familia esta súbitamente tiene un accidente. Entre los adultos podemos ver
a Ashley Laurence de Hellraiser (1987).
En La
hijita (Daddy’s Girl, 1996) una pelirrojita adorable es muuuuy
apegada a su padre, al punto tal que cuando tras varios incidentes amenacen con
separarla de él la chiquita se va a violentar... mucho. Ah, el padre es el
inefable William Katt.
Dos
películas muy berretas que, de seguro, tendran su propio artículo en Recuerdos
del VHS
Uff, ya te
tienen podrido, llegas a un momento en que decís, mah si, que se maten entre
ellos y no me jodan. Puede que a Henry Evans se lo hayan dicho y se tomó la
cosa muy a pecho.
En El
ángel malvado (The Good Son, 1993) Mark (Elijah “Frodo” Wood) va a
pasar una temporada en casa de sus tíos y se va a cruzar con su “adorable”
primo Henry (Macaulay Culkin) un chico algo frío y con ciertas conductas
extrañas, como causar accidentes fatales o matar animalitos, o hermanitos. El
bueno de Mark va a tener que enfrentarse a Henry en medio de una familia que no
parece reaccionar por la ruptura que produjo la muerte de uno de sus bebés hace
unos años. Un enfrentamiento entre niños como nunca se ha visto ¿? Con uno de
los finales más crueles de la historia del cine. Una película por lo menos
rara.
¡Llegó la
navidad!, ¡reunión familiar!, ¿no es una buena idea que todos aprovechen la
temporada para pasar las fiestas en una cabaña en un bosque?, no, o al menos no
fue buena idea para la familia de Hijos Asesinos (The Children, 2008).
Dos
hermanas van con sus hijos a visitar a una tercera hermana que vive con su
esposo y sus hijos en una cabaña aislada ¿?. Al principio las cosas van a ser
agradables, pero de golpe los chicos se enferman y después van a descargar toda
su ira contra los adultos asesinándolos sin ninguna razón.
Tom
Shankland, el director de la aún más pedorra W Delta Z, vuelve a ocupar
ese rol en esta película directo a DVD cargada de violencia y sangre de adultos
sin sentido. Una película impactante por la violencia descargada hacia los
chicos.
No te los
bancás más y se los encajar a los vecinos para que los cuiden un rato; fijate,
porque cuando te los regresen pueden actuar como los de Juego de Niños (Un
Jeu d' Enfants, 2001)
Un
matrimonio (Karin Viard y Charles Berling) viven en un departamento junto a su
parejita de hijos. En una oportunidad se cruzan con un matrimonio de ancianos vecinos
que ingresan a la casa, y a partir de allí todo se complica. Los dos adultos
van a sufrir alucinaciones terribles, y los dos chicos empiezan a actuar de una
manera extraña, es que están poseídos por los dos viejos que les quieren
usurpar el cuerpo.
Terror
francés, algo críptico, en esta producción hecha para TV que acá llegó a VHS.
Una película interesante por lo que logra aún con escasos recursos.
... Y
bueno, si los pibes se portan mal, de última castigalos haciéndoles ver este
bodrio.
EL FIASCO DE TURNO
Hace un par
de semanas, mi amiga Julia me preguntó cuál había sido la primer película que
vi en VHS; lo primero que me acordé fueron las películas de Madonna que veia en
casa de mi prima... pero después me acordé cuál fue la primer película que alquilé
yo personalmente en un videoclub... bueno fue la secuela de este bodrio.
En la
“comedia infantil” Adorable Criatura (Problem Child, 1990), Ben y
Flo (John Ritter y Amy Yasbeck) adoptan un niño, Junior (Michael Oliver) que,
para que se den una idea, los monjas del orfanato festejan cuando se va.
El pibe es
puro quilombo, vive haciendo peligrosísimas “travesuras” sin ninguna razón más
que el aburrimiento o lograr lo que quiere.
Pero todo
está justificado porque el nene es muy simpático y en cambio Flo, y el padre de
Ben, Big Ben (Jack Warden) no, al contrario, son cascarrabias u odiosos (bueno,
el pibe también lo es).
Así que lo
que nos ofrece Adorable Criatura es reirnos con hora y media del pibe
haciendo desmanes a su paso y el pobre de Ben teniendo que soportar todo.
La cosa es
que de chico me acuerdo haber visto esta película mil veces, es más también vi
varias veces sus dos (Igual de insoportables) secuelas. Pero ahora, en plan
memoravilia las volví a ver y no pude creer lo patética que son, y peor aún, el
mensaje nefasto que dejan.
Michael
Oliver debe ser el niño más asqueroso y gritón de la historia del cine, al pibe
parece que le dan cuerda y no para un segundo.
John Ritter
da pena ajena teniendo que soportar un personaje realmente patético. El
coloradito le hace las mil y una y el soporta todo con cara de pelotudo, e
impostando una sonrisa.
Los
villanos de Warden y Yasbeck son directamente sobreactuados, irreales, falsos,
aún para una película infantil.
Adorable... intenta robar el éxito de Mi
pobre Angelito (Home Alone, 1990) pero Chris Columbus realmente
logró empatía con sus peronajes (no solo Kevin el chico sin los dos ladrones
tontos villanos), cosa que aquí Dennis Dugan está muy lejos de lograr.
El
argumento de la película es casi inexiste, es solo una sucesión de travesuras,
y encima muchas mal resueltas.
Los rubros
técnicos tampoco son muy logrados, una fotografía que agrega a lo irreal y al
sentido de “todo es plástico”. Los personajes muchas veces miran a cámara pero
dando más una idea de estar perdidos que buscando complicidad con el
espectador.
Un
desperdicio, y eso que la vi con chicos que se aburrieron tanto como yo. Una
película que, sin lugar a dudas no soportó ni por lejos el paso del tiempo.
En fin, las
vacaciones de invierno terminan, a tus chicos no los soportás más, pero después
de ver estas 10 (en realidad 11) películas les va a tomar algo de cariño...
aunque sea por conformismo.
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