sábado, 11 de septiembre de 2010

¿Vuelven los ’80?

¿Cuándo fue la última vez que escucharon esa frase “todo tiempo pasado fue mejor”?, ¿es eso cierto, o es cierto que “lo mejor está por venir”?. Lo cierto es que en los últimos tiempos el cine, sobre todo Hollywood, está mirando con añoranza aquellos tiempos en que el video hogareño apenas estaba en pañales, y por consiguiente cada estreno de una “película importante” parecía un gran suceso.

De eso tenía ganas de hablar en este mes, si se quiere de una manera especial, ya que pondré la reseña general y “el fiasco de turno” todo junto en un mismo artículo.


Ya se ha dicho, y se sabe, que en Hollywood las ideas originales no abundan en los años recientes. Adaptaciones inferiores de films extranjeros, copias y copias de una película exitosa... y remakes de grandes éxitos de décadas pasadas con un pretendido aire renovador (no siempre logrado, claro).

Bueno, otra cosa que es sabida es que, el nuevo milenio no empezó del todo bien para EE.UU. en lo referente a política, sobre todo internacional. La anterior gobernación de George W. Bush hijo, dejó una imagen de ese país ante el mundo, digamos dudosa... además de sumirlo en una crisis económica.

Pero como este no es un blog político, ni pretende serlo, vamos a lo que nos importa. EE.UU. necesita mejorar su imagen, casi desesperadamente. Entonces, ¿qué mejor que recordar una época en la que la gente parecía más contenta?, una época en la que estaba claro cuál era el lugar que ese país ocupa en el mundo, el dominante. Ya no tenemos un actor hollywoodense carismático en el gobierno... pero tenemos a un carismático Premio Nobel de la Paz. ¡Que vuelvan los ’80!

La onda ochentosa parece abarcar varios puntos, por ejemplo, en música tenemos a Lady Gaga, alguien cuya parafernalia perfectamente podría ubicarse en esa época, y a los chicos de la serie de TV Glee que directamente reversionan canciones de esa década; hablando de series, ¡volvió V, Invasión extraterrestre!... pero ahora no usan vestidos rojos, ni usan símbolos simil nazis o publicidades expresionistas como la antigua URSS, sino que son parcos, andróginos, y con vestimenta muuuy blanca ¿alguien dijo árabes?.

¿Y en el cine?, haber: primero proliferaron las nuevas versiones de las películas de terror creadas en la era Reagan, hasta una productora como Platinum Dunes (del explosivo Michael “Optimus Prime” Bay) dedicada únicamente a esta temática. Luego, empezaron a arribar las esperadas adaptaciones a la pantalla grande de las series de ese momento. Y ahora, películas que directamente rememoran o festejan las costumbres típicas de esos años.


En los últimos meses pudimos ver en nuestras pantallas Pesadilla en la Calle Elm, Karate Kid, Brigada A, Un Loco Viaje al pasado, y Los Indestructibles, y eso sin contar varias películas que sin hacer referencia, copian la estética, como Zack y Miry hacen una porno, ¿Qué pasó ayer?, o Son como niños.


No se confundan, tengo un gran aprecio por los íconos y estética de esa época, en ella viví gran parte de mi infancia, y a ella pertenecen muchas (casi todas) de mis películas favoritas. Esto es solo un análisis.

Empecemos, al decir Pesadilla... estamos hablando de uno de los más fuertes representantes del sub-género del cine de terror, el llamado slasher films, las pelis de asesinos seriales, un tópico explotado al máximo durante los ’80, y cuyos títulos más representativos todos han tenido su remake o adaptación (Martes 13, Halloween, Noche de graduación, La masacre de Texas – aunque esta es de los ’70 pero inauguró el género –, etc. ).

Este temática trata de adolescentes siendo perseguidos, y casi todos alcanzados, por asesinos enmascarados, o deformes, con algún trauma en el pasado (la mayoría en su infancia), y que de alguna forma buscan una sádica venganza. Casi casi como ver jóvenes cayendo de uno en uno. Son las reglas aceptadas del género, y en todo caso son como un placer culpable que todos, y me incluyo (es uno de mis films de terror preferidos), disfrutamos.

Estas películas juegan con una paranoia, con un miedo a lo que puede pasar, hasta habilitan una suerte de “justicia por mano propia”, ya que se avalan cualquier tipo de medidas que se puedan tomar para frenar semejante carnicería... y encima con sus interminables secuelas es como un mal diabólico que nunca termina. Juegan con un morbo, y una idea intrínsecamente conservadora, encerrémonos en nuestra casa, no antendamos el teléfono, desconfiemos de todos, ni siquiera durmamos, el terror puede acechar en cualquier lado. Y sin contar determinadas reglas “de conducta” para los personajes, en donde por ejemplo, ser sexualmente abierto, de raza no blanca, o algo retraído o rebelde, es sinónimo a ser la primera de las víctimas; no por nada ver un noticiero se parece cada vez más a una de estas películas.

Veamos el caso de Pesadilla... (ATENCIÓN A QUIENES NO LA VIERON PORQUE HAY SPOILERS, PASEN AL SIGUIENTE PÁRRAFO), la historia empieza con un violador y asesino de niños serial al cual los padres de esos niños capturarán y harán “justicia” prendiéndolo fuego. Pasado el tiempo, con los niños ya adolescentes, el violador Fred “Freddy” Krueger volverá desde la muerte para acechar a esos jóvenes en sus sueños en venganza de lo hecho por sus padres, y así caerán uno a uno sin remedio ya que una vez que se duermen serán irremediablemente presas de este... y encima parece que no pueden quedarse despiertos una noche. Ahora sí, la lista de muertos es la siguiente: primero la joven que se acuesta e insinúa sexo con su novio (un malandrín) es elevada y rebanada en su estómago en una escena de casi extasis sexual; luego, claro, el malandrín cuando es encarcelado se dormirá y será ahorcado con una sábana; más tarde, el novio puritano de la protagonista, cuando pierda la inocencia y tenga pensamientos feos con su novia y con una revista chancha en manos... será chupado por la cama; y sobre el final, la madre alcohólica y despreocupada de la protagonista (la única adulta en morir) será prendida fuego en su cama. Ah, la protagonista, Nancy, es candidad pura, con shortcitos por la rodilla y pelo recogido en toda la película... ahora sí, cuando se de un baño de espumas con las piernas abiertas, la garra de Freddy saldrá de entre ellas, o sea... Bueno después de todo, Wes Craven, su director, se hizo famoso con otra película de terror La última casa a la izquierda (que también tuvo su remake “Platinum Dunes” el año pasado) en donde los héroes son unos padres que emprenden una carnicería contra unos ladrones que violaron y mataron a unas adolescentes.

La remake que este año tuvimos de Pesadilla copia casi textualmente a la original, agregándole algo más de la historia pasada del asesino y no mucho más; tal vez sea porque el mensaje que se pretende dar sea el mismo antes y ahora.


Distinto es el caso de Karate Kid y Brigada A, en donde en sus adaptaciones 20 años después, del original quedó poco más que el nombre.

En la primera, remake del clásico de Alvidsen con Ralph Maccio y Pat Morita, ya no se practica karate sino kung fu, no nos mudamos a California sino directamente a China, y no tenemos a un adolescente tímido sino a un niño bastante avispado con problemas para adaptarse; pero por lo menos el fondo, o trasfondo, sigue siendo el mismo, al igual que los mensajes de superación, valoración e integración, lo que la hace bastante aceptable y extrañamente atípica para estos tiempos ya que nos recuerda los valores típicos de amistad y compañerismos típicos de la década a la que estamos haciendo mención. Eso si, no esperen que haya un furor de chicos practicando kung fu, y mucho menos que se transforme en un clásico recordable (aunque en EE.UU. tuvo en éxito algo notorio).


No corre con la misma suerte la llegada al cine de la recordada serie protagonizada por el ¿eterno? Mr. T. Básicamente le quitaron todo lo bueno que tenia la serie y dejaron un envase sin demasiado contenido más allá de una violencia que la serie se caracterizaba por no tener.

Brigada A fue algo atípico en el mundo de la acción de los ’80, tal vez porque estaba dirigido a un público infantil (al igual que Karate Kid), por lo tanto sus mensajes eran otros, ya que el centro de la serie era un grupo de renegados del gobierno de EE.UU. que formaban una especie de “grupo parapolicial” encargado de resolver los más diversos conflictos, y algo particular y fundamental era que si bien había mucha “adrenalina” (por decirlo de algún modo y no repetir “acción”) no corría demasiada sangre y nadie se moría, el bien ganaba sin necesidad de ser cruentos.

Los tiempos cambiaron, y eso de no mostrar violencia, según los productores y el directos del film, “hoy no sería creíble”, si claro. Entonces lo que tenemos es un film que lo único que nos muestra es a un grupo de ex soldados (ya no de Vietnam sino de Afganistán) traicionados que forman una fuerza especial... pero que colabora con los EE.UU. para solucionar problemas con los extranjeros malos de siempre y encontrar al cupable de la traición, y todo lleno de explosiones, tiros, sangre, muertos y desmembrados; y si, un mensaje mucho mas típico de tiempos conservadores como los de entonces, y como los de ahora. ¿Actuaciones, caracterización de los personajes originales? Ehhh.... bien, gracias.

Por otro lado, Un loco viaje al pasado sí parece querer honrar aquella mágica década. No es estrictamente remake o adaptación de una película o serie de la época, pero sí toma muchas cosas de ellas para evocarlas con cierto humor, pero sin dejar de reconocer su valor.

La historia es la de un grupo de amigos de la secundaria ya cuarentones cada uno con la vida arruinada por alguna cuestión que se reúnen en un viejo hotel con spa para intentar solucionar la depresión de uno de ellos que lo llevó a un frustrado intento de suicidio, a los cuales se les sumará el sobrino adolescente de uno de ellos.

El hotel en cuestión es aquel en que pasaron el mejor fin de semana de sus vidas, o por lo menos de su adolescencia, y en él, a pesar de estar actualmente muy derruido, encuentran un jacuzzi en el que trataran divertirse como en aquellos tiempos. Sin más vueltas, el jacuzzi resulta ser una máquina del tiempo que los llevará directo a los ’80, más específicamente a aquel fin de semana.

De ahí en más comienza otra película, o la película en sí, porque lo mejor de ella, lejos, es el humor hecho sobre los elementos ochentosos, incluyendo varias apariciones de íconos como Chevy Chase y Crispin “George McFly” Glover (¿cómo hizo Zemeckis para que no parezca tan extraño?), y esto sin contar el protagónico de John Cusack actor de varios clásicos contemporáneos.

El argumento es claro que toma como base Volver al Futuro, y hasta los conflictos que se plantean los personajes y la manera de resolverlos remedan a los de la saga con Michael Fox. Pero además está llena de “homenajes” a las películas de John Hoges, las superproducciones de Amblin, series como Miami Vice, el comienzo de MTV, etc., etc.

Su punto más flojo son los chistes al estilo actual, escatológico y de gusto dudoso, por suerte son solo 15 o 20 minutos en total de una película muy disfrutable para quienes vemos con buenos ojos las costumbres e íconos de aquella década, y después de todo es un gusto que se revisen esos años sin su costado más reaccionario, casi todo lo contrario.


Y así llegamos al último grito de la moda ochentista, Los indestructibles, la película de la cual hace años que viene hablando su director, el astro del cine hecho a los tiros Silvestre Stallone (aún antes de arremeter con las continuaciones de sus dos sagas más famosas Rocky y Rambo), y que es casi el lado opuesto de la reivindicación de Un loco viaje al pasado.

La excusa es la reunión de las grandes figuras de las pelis de acción de los años ’80 (en este caso Stallone, Dolph “He-Man-Ivan Drago” Lundgren, Mickey Rourke - ¿fue un astro de la acción?-, Bruce Willis, y Arnold Schwarzenegger – aunque estos dos últimos apenas si aparecen, y Rourke no aparece mucho más), mezclado con algunos más actuales como Jason Statham y Jet Li; más las apariciones de algunas figuras de los ’80 que si bien no son astros siempre figuraban por ahí, como el caso de Eric Roberts y Steve Austin.

Todo esto nos lleva a que, por un lado el film se esfuerce más en mostrar actores y situaciones conocidas por los fanáticos que en contar una historia como mínimo creíble o entretenida.

Por otro lado, cuando se acordaron de la historia... uno empieza a pensar ¿por qué no hicieron alguna reunión conmemorativa en el living de algún programa de TV? Nos cuentan la historia de un grupo de mercenarios que son convocados por un agente de la CIA para intervenir en un país de Latinoamérica en el que deben derrocar a un dictador tirano supuestamente “bancado” por un traidor de la CIA, en fin...

Lo que sigue es una carnicería de más de hora y media que en realidad no hace recordar a aquel cine de Stallone, Lundgren y CIA (aunque, como dijimos ya existían y proliferaban estas tramas) sino a una película actual, muy morbosa, con violencia explícita, increíble en todo sentdo, y con un ritmo frenético que agota.

Eso sí, el mensaje queda claro, y es más o menos el mismo que se manejó sobretodo en la segunda mitad de los ’80, todo aquel ue no es estadounidense merece ser digno de sospecha cuando no “boleteado” con el mayor sadismo posible (se dieron cuenta que con films como Agente Salt los rusos volvieron a ser los malos). Latinoamérica es como una masa que no merece ser separada en países, bananera, con una sociedad sometida e indigente, y clamando por la ayuda de estos dioses musculosos que nos vienen a salvar. ¿Alguna vez los malos serán ellos mismos, reconocerán que un norteamericano puede hacer cosas “non sanctas” sin necesidad de ser un traidor al gobierno como en la reciente Green Zone?.

Lo que le queda a uno cuando termina de ver films como Los indestructibles (o los citados Agente SALT, Green Zone, o la próxima a estrenarse Unthinkable) es que en verdad pueden haber pasado 20, 40, o 60 años pero en verdad la idosincracia de los americanos (como a ellos les gusta llamarse) parece no cambiar nunca, después de todo, y sin querer ponerme en muy político, quien halla leído la doctrina del “destino manifiesto” y el “big stick” sabe que ellos estan destinados a llevar su sistema (disfrasado de paz) a todo el mundo; y viendo estos films uno ya sabe que le espera sino lo acepta.

Discusión aparte para considerar si estos actores a 20 años de haber pasado su gloria muscular no hacen un ridículo intentando interpretar los mismos roles una y otra vez como si el tiempo fuese eterno.

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