viernes, 20 de septiembre de 2013

Al carajo con la cibernética

Ya nos lo dijeron Chris Columbus y Robin Williams en El Hombre Bicentenario  (The Bicentennial Man, 1999) y no los quisimos escuchar; vas a comprar a un robot amigable para que limpie tu mugre y este, tarde o temprano te va a traicionar. Hacen pensar a las máquinas ¿y para qué? para que ya se crean humanas, no quieran ser más sirvientes, y encima se pongan piel y se casen con nuestra tataratataranieta. Es así, los robots por naturaleza son comunistas y se creen igual que nosotros, los dejamos entrar en nuestras vidas y estos nos van a matar porque son jodidos.
El cine se cansó de advertirnos sobre la peligrosidad de poner a un chip y una tonelada de chatarra a hacer nuestras labores, además le damos confianza, no aprendemos la lección.
No puedo dejar de ver cine en su eterna lucha contra la rebelión de Wall-E y sus amigos brinda una vez más un servicio a la comunidad. Porque los comienzos de los años noventa no solo fueron Vanilla Ice y la invasión de los dinosaurios de Spielberg, también hubo un cine de denuncia, de denuncia en contra de la cibernética en nuestras vidas... en fin, dejémonos de hablar pavadas, y vamos algunos ejemplos:

1 – Hardware



En las películas los personajes tampoco parecen aprender, ¿cuántas veces hay que demostrar que no deben comprar nada de tiendas extrañas? Menos si está en barata. En fin, estamos a mediados del Siglo XXI - no nos aclaran muy bien el año -, tenemos a un Dylan McDermott muy joven que interpreta a Moses un soldado explorador que regresa a su hogar luego de una temporada en lo que fue las ruinas de la sociedad, de pasada quiere hacerle un regalo a su novia, y como estamos en el futuro, ya no sirven las flores (probablemente porque ya no existan), los bombones, las joyas o un perfume, ahora la onda es regalar basura, literalmente, va a una chatarrería y le compra la cabeza y el torso de lo que fue un M.A.R.K. 13, un robot ultrasofisticado pero que aparentemente ya no anda. La cosa es que a Jill (Stacey Travis) le gusta tanto el regalo que lo adosa a una de las esculturas de metal que está realizando. Esa noche, Moses y Jill reavivan la pasión ¿?, y el M.A.R.K. 13 se calienta y cobra vida, sí es así no estoy jodiendo. Para colmo, al día siguiente, Moses se las toma otra vez, quedando ella a solas con un robot que anda alzado y con ganas de ajustar el tornillo a toda costa. Por supuesto, como Marky antes había sido un roboto de exterminio no le va a temblar la empuñadura de metal en matar a un par hasta llegar a revolcarse con Jill.
Bueno, sino abandonaron la lectura ante lo disparatado del argumento, les digo, Hardware (1990) es una película realmente muy buena. El enigma en el que se desarrolla la historia, el espíritu clase B digno, y el tremendo y único aspecto visual que le imprimió Richard Stanley (que cuenta con sólo una película más) en su ópera prima logran una adaptación del comic SHOCK! más lograda y recordada que la historieta misma. El estilo entre arenoso, marrón y rojo, escenografías despojadas, la mezcla de Ciencia-Ficción-acción-terror-suspenso, y un aire industrializado y mecanizado que se agudiza con una banda sonora ad hoc compuesta por canciones de Iggy Pop (que también hace una participación en el film), y Motorhead entre otros.
La producción de Hardware fue tan complicada que antes de su llegada a salas (en algunos países aquí editó en video directamente Transeuropa) ya se había convertido en algo de culto; pero antes de arribar sufrió severos cortes para poder ser distribuída comercialmente por Fox, y aún así tuvo una comercialización limitada. Pero un Soundtrack exitoso y los fieles seguidores del estilo la hicieron perdurar existiendo varias versiones, editadas y “Unrated” conocidas como el nombre del robot M.A.R.K. 13.



Primera lección NO aprendida: “Las máquinas se recalientan”.

2 – Evolver:



¿Se acuerdan de los robots secuaces del Ordak de She-Ra? Imagínense que uno de esos tiene un hijo con Número 5 de Cortocircuito (Shot Circuit, 1986), a este robot enano lo metemos en una trama con realidad virtual a lo Fuera de control (Jhonny Mnemonic, 1995) y le damos como arma pelotas de tenis; todo eso crearía Evolver (1995), un claro exponente de eso que dimos en llamar “tan ridículo que es bueno”.
Ethan Embry, el palurdo de Ya no puedo esperar (Can’t Hardly wait, 1998) es Kyle, el fan número 1 de un juego de realidad virtual llamado Evolver, un típico “caza y dispara” muy psicotrónico. Los creadores del juego quieren llevar el mismo a la vida real, y para eso, le dan a su más fiel seguidor un robot enano con el que va a hacer las pruebas. La cosa es que Kyle se lleva al robotito a su casa, porque no hay nada mejor que meter a un robot agresivo en tu intimidad, a este se le pelan unos cables, y ya no hay forma de apagarlo; el robot tiene como misión cargarse a todos los que encuentra, repito, disparando pelotas de tenis.
El director de este disparate es el polifacético Mark Rosman, capaz de entregar el clásico The House on Sorority Row (1983) así como un sin fin de películas del Disney Channel o esas cosas que Hillary Duff llegó a estrenar en cine. Como sea, estamos frente a una película convencional, muy medida, con una trama que intenta prevalecer la acción pero con un contrincante que resulta muy poco creíble, Kyle. Lo mejor sin dudas está en el robot que acecha toda la casa, se mete por todos lados y persigue a toda la parentela como un slasher que necesita aceite de máquina. Es más, por momentos, en tomas lejanas, es muy evidente que Evolver es un traje que encierra a una persona bajita dentro; y aún así, con todo, el robot actúa mejor que todas las personas de carne y hueso.
Créanme que Evolver es un film ideal para ver una tarde de mucho aburrimiento, es un programa de diversión asegurada.



Segunda lección NO aprendida las maquinitas están arregladas para ganar siempre.

3 – La máquina de la muerte:


 Si hay una película que en los años noventa comprenda el término “ciencia ficción de culto” esa debe ser La máquina de la muerte (Death Machine, 1994). Los misterios, versiones y anécdotas que envuelven a esta película pocas veces se han visto en un igual. Ya antes, cuando hablamos de Hardware dijimos que se trataba de un film de culto y con problemas de censura en su estreno, pero La máquina de la muerte lleva todo eso a una nueva dimensión, simplemente es uno de los films con más versiones en la historia del cine.
Todo se desarrolla en una fábrica llamada Chaank que fabrica armamento militar ultra sofisticado. El director de la misma fue asesinado y en su lugar es nombrada  Hayden Cale (Ely Pouget ¿?) que, como seguro es una detective frustrada, no hace más que investigar la muerte de quien antes ocupó su cargo. Todas las pistas llevan a Jack Dante (Brad Douriff, más sacado aún que de costumbre) un diseñador de cibernética demente y con grandes ansias de poder. Las cosas se van enrareciendo cada vez más hasta llegar al punto en que Dante, acorralado, pone en funcionamiento a Warbeast, su última y letal creación, un robot grande y jodido, con garras y dientes filosos y dispuesto a aniquilar a todos los que quedaron encerrados en Chaank.
Si el argumento no descolla originalidad, esto sí lo encontramos en el tenso y ominoso estilo visual. La máquina de la muerte es una de las primeras películas abiertamente cyberpunks, y aunque no lo reconozcan, películas como Virus (1999) y Matrix (1999) le deben algo de su estilo.
Sthepen Norrington venía pegándola en el rubro de los efectos especiales, y con esta película iba a hacer su debut. En un primer momento, New Line Cinema le dio carta libre para hacer lo que quisiera dentro de un presupuesto clase B; Norrington se despachó con un film muy sangriento y violento, plagado de referencias directas a clásicos del terror; anoten los nombres de algunos personajes: John Carpenter, Yutani, Scott Ridley, Weyland (sí, a alguien le gusta Alien), Sam Raimi, y el propio Jack Dante – sería Joe, pero no quisieron ser tan obvios se ve –. Todo esto no le agradó mucho a los pacatos de la empresa de Ted Turner y empezaron a afilar la tijera; tampoco quisieron tener problemas con los directores reales y los derechos de autor por lo que cambiaron los nombres. A todo esto, Stephen Norrington abandonó la película y prometió no volver a dirigir – cosa que por desgracia no cumplió regresando para Blade (1998) y La Liga de Caballeros Extraordinarios (The League of Extraordinary Gentlemen, 2003 – que quedó en propiedad de la productora para que le siguieran haciendo corte y confección. Al momento de estrenarla, la MPAA amenazó con un X, por lo que otra vez regresó a la mesa de edición para “limpiarla” un poco más. Su salida se retrasó y tuvo un estreno en salas muy limitado, llegando rápidamente al VHS dónde nuevamente pasó por la censura. Alrededor del mundo se estrenaron copias diferentes según el país – acá se estrenó en salas muy cortada y a la semana se estrenó en VHS como sucedió con Brainscan (1994) –. Finalmente, al llegar al cable la cortaron otro poquito para que ya básicamente pase a ser un mediometraje digno del Discovery Kids. Todo esto da como resultado que actualmente circulen, aunque difíciles de conseguir todas, más de diez versiones de la misma película, incluyendo la clásica Director’s Cut – la sin censura – y una Extended Versión, la más fácil de conseguir paradójicamente, con escenas que el propio Norrington eliminó.
Tenemos mucha sangre, puteadas al por mayor, escenas gráficas muy chocantes, una extrañísima alusión al consumo de drogas, y un robot que realmente mete miedo. Todo en un film típico de su época, trama sencilla, espíritu clase B, y delirio en su desarrollo, no podemos pedir mas.


Tercera lección NO aprendida,  los robots nunca van a necesitar Corega.

4 – Atracción Cibernética:



... Y ahora sí, aplaudamos de pie señores. Los que siguen por Facebook mi cuenta personal y todavía no se hayan olvidado, sabrán la cuasi odisea que fue recordar el título de este telefilm.
Para quienes no tienen idea de lo que hablo, la cosa fue que la había visto hace muchos años en VHS, después las volví a ver en mis queridos canales de cable 365 Cine y Movie Top que la tenía en rotación contínua, y en las mañanas de Cinecanal. Me acordaba de todo detalle, hasta de la carátula del cassette de video... menos de cómo se llamaba, lo que me hacía imposible encontrarla. Hice una solicitud de ayuda a la gente de la red, y tengo que agradecer a todas estas personas, ahí va: el groso del terror en VHS Sebas Iaccarino; Elías Fernández por lejos el mejor guía turístico del universo; la amiga, vecina y colega de privadas Vicky Vazquez; el capo de Diego Núñez que se la pasó tirando títulos; el misterioso señor X editor de El Espectador Avezado página en la que escribo (bah, qué mas da, Rodrigo Chavero, el director de escuela con más cinefilia en las venas); Lea Balbuena un amigo, uno de los seres más grandiosos y humildes que conozco, y otro jefe, el de la revista Cine Fantástico y Bizarro para la que empiezo a escribir en el inminente N°2; los valiosos amigos Mirko y Jeremías Valentino que también dieron su apoyo, y Marcelo Raffa, toooodos ellos me dieron una mano, me ayudaron muchísimo y se los agradezco enormemente. Pero sus intentos fueron infructuosos hasta que llegó ÉL, el imbatible del video para VCR, el único, el glorioso Raro VHS que luego de un par de pruebas dio en la tecla hasta consiguiéndome la carátula, un maestro señores, lo mejor; por supuesto, millones de gracias a él también.
Bueno, terminadas las salutaciones obligatorias y agradecimientos necesarios, ahora sí, a los que sólo les interesan las películas pueden volver a leer.
Atracción Cibernética (Homewrecker, 1992) nos mete en la vida de David Whitson (Robby “soy la voz de Bestia” Benson) un reprogramador de computadoras que trabaja para una firma de armamentos. Uno de los proyectos que desarrolla presenta fallas, se empaca y renuncia a su trabajo... no sin antes llevarse al programa que diseñó con él. Al igual que el protagonista de Evolver, a David no se le ocurre mejor idea que reprogramar su diseño, y transformarlo en una suerte de mucama, secretaria, y sistema de seguridad todo en uno, confiándole la seguridad de su familia; ah, no sin antes darle una “personalidad” femenina, denominarla Lucy, y otorgarle un cuerpo cibernético muy simpático y un brazo ad hoc para que pueda desarrollar sus múltiples tareas (los que piensen que estaba buscando una esclava sexual, pásense para esta fila).
El tema es el siguiente, David es un buen pibe, tiene pinta, y Lucy de tanto lavarle los calzones se enamora de él... pero hay un problema, David tiene esposa e hija, y Lucy está celosa porque lo quiere sólo para ella (encima tanto la mujer como la nena son un verdadero dolor de huevos), y no sé si acuerdan que Lucy era un programa de armamento y destrucción, en fin, va a haber rosca.
Estamos en presencia de un telefilm pensado para el primitivo canal Sci-Fi Channel, pero que en su momento ganó algo de notoriedad vaya uno a saber por qué.
El guionista Eric Harlacher ,el mismo de Lenguaje Corporal (Body Languaje, 1995) aquel thriller pseudo erótico con Tom Berenguer y Nancy Travis, diseñó un argumento mezclando ideas de otras películas, pensemos en La Mano que mece la cuna (The Hand that rocks the cradle, 1992) que ese mismo año hizo furor, con Monerías Diabólicas (Monkey Shines, 1988), Terminator (1984), 2001: Odisea en el espacio (2001: A Space Odissey, 1968) y la referencia más fuerte Atracción Fatal (Fatal Attraction, 1987); todo en el marco de una película pensada para televisión muuy estilo años ’90, o sea con tintes telenovelescos, violencia muy medida, actuaciones terribles, y risas involuntarias por aquí y por allá.
El director es Fred Walton, un hombre con mucho clásico B detrás como When Stranger Calls (1979), April’s Fools Day (1986), y When a Strangers Calls back (1996), casi nunca reconocido. Su trabajo acá consiste en dar un clima opresivo – porque no había mucho presupuesto para tomas exteriores -  y hacer que Lucy suena amable y atemorizante a la vez (no lo logra, sólo suena amable e histérica).
Otro dato de color es poder ver a Sarah Rose Karrr, la nenita rubia e insoportable de Beethoven (1992), El padre de la novia( Father of the Bride, 1993),y Un detective en el kinder (Kindergarden Cop, 1990) en su última aparición en pantalla como la hija de David y antes de que creciera y ya nadie la busque como una nena rompepelotas.
Como aclaré antes, Lucy – con la voz de Kate Jackson – no mete demasiado miedo porque está loca pero no deja de ser servil, sinceramente no se carga demasiados cadáveres, y más bien parece una villana para la novela de la tarde; aún así nos la podemos imaginar hirviendo un conejito sin ninguna culpa.

Última lección NO aprendida, las robots no son buenas esclavas sexuales, tienen demasiados cables donde nos podemos enredar.



Listo, eso es todo, sin con estos cuatro ejemplos no entendieron que hay que mantener a las máquinas inteligentes lejos nuestro ya no hay nada que podamos decir. Volviendo a El Hombre Bicentenario piensen en las consecuencias de darles atribuciones de humanos, uno piensa que van a durar toda la eternidad como un buen Aurora Grundig, pero no, repito, son jodidos y quieren envejecer y morirse, porque son comunistas pero también capitalistas y respetan el use y tire; además son tan molestos como para entablar una demanda judicial y apagarse justo antes del fallo definitivo. En fin, los años noventa nos ha dejado otras de sus enseñanzas, está en nosotros tomarlas como tal o como un vacío entretenimiento, claramente nunca aprenderemos.

4 comentarios:

  1. muy buen articulo como todos los que escribes fer y gracias por el agradecimiento y por formar parte del numero 2 de Cine fantastico y bizarro

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  2. Hola un gran Saludo desde Tlaxcala en México. Felicitarte por el análisis. Oye un favor algún sitio para tener una copia de "Atracción cibernetica"? llevo varios años buscando una copia en español latino. Por favor Te agradezco la comunicación estoy en colibritlax@hotmail.com

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  3. Antes que nada, gracias por el articulo, estuvo interesante, y de ahí deduzco que no hay muchas peliculñas del tipo, y que la unica que se rescata es Atraccion cibernetica (1992)
    Esta es en youtube
    https://www.youtube.com/watch?v=UDUVZlAlBYQ
    Y esta los subtitulos en español, pero aun no los pruebo.
    http://www.subdivx.com/X6XMzk4MTAwX-homewrecker-1992.html

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