domingo, 9 de agosto de 2009

Cobras y Coballos










Regresé. Luego de dos semanas en las que por problemas de conectividad (Claro Internet sos lo más) puedo por fín subir esta reseña.





Ahora, estas dos semanas sí que fueron movidas, recibí varios mail (que pude leer cuando milagrosamente se conectaba), algunas críticas, y mucho apoyo. Pero sobre todo vi bastante cine, lo cual no deja de ser una noticia ya que, por ejemplo hacia más de un mes que no pisaba una sala; y además es noticia porque de eso se trata este blog.





Entonces, decidí volver con todo, bueno no tanto, y despacharme con una reseña compartida, es decir de dos películas juntas.





Como ya dije, en estas dos semanas, vi cine de lo más variado; pero para hacer estas reseña me decidí por dos que me parecieron con muchos puntos en común y casualmente son las dos que fuí a ver al cine: Fuerza-G 3D y Gi-Joe: El origen de Cobra; entonces, ahí voy.(estoy muy atrasado y sería mejor escribir sobre la sublime El secreto de sus ojos, pero esta reseña la escribi hace rato y ya quería publicarla, la otra viene para la próxima)





Para una persona normal, no entrar a una sala de cine por un mes y medio, puedo ser algo natural, para mi no; equivale a casi una eternidad; y la verdad que las razones de mi vuelta no fueron gran cosa, pero algo había que hacer. Quería ir a conocer la nueva sala 3D que pusieron en el Showcase Haedo, ya que antes tenía que irme hasta Palermo, y prácticamente no importaba qué película era, sólo la sala. Por otro lado, yo no suelo ver una sola película cuando voy ahí, y Gi-Joe... me recordaba a mi infancia, era más bien una excusa, porque tenía mucho "miedo" de verla y salir decepcionado (los trailers ya lo habían hecho).





Fuí a la primera función de Fuerza-G 3D y la cosa arrancó mal, cómo es costumbre en Haedo, y en los horarios a los que voy, estaría yo solo en la sala. Eso no me molesta, pero sí el hecho de que el cuarto en donde estaban los anteojos especiales estaba cerrado y no encontraban la llave; me hicieron entrar a la sala y después me trajeron los anteojos casi casi cuando empezaba la función.




A los diez minutos, em pleno trailer de Toy Story 3, pararon la proyección, entraron dos personas más, y luego tardó como quince minutos en retomar (Yo no sé si pasa siempre, o me pasa a mi, pero me cabroneo con estas cosas); después la pase bien, bah, por lo menos me relajé...




De Fuerza-G no hay mucho para decir, entra por lo ojos y se queda ahí, cuando uno dejó de verla se la olvida como a una idea pasatista.




El argumento completo puede ser escrito en líneas récord: Un grupo secreto del gobierno tiene trabajando a coballos alterados genéticamente para trabajar como espias del gobierno. Estan detrás de un mega empresario que quiere dominar al mundo a través de electrodomésticos robots que parecen los Transformers, y hay otro personaje "en las sombras" que es el secreto del film, aunque a resolución no sorprenderá ni siquiera a los más chicos. En algún momento se cancela el proyecto, se les unen otros coballos de una tienda de mascotas, hay mensaje de hermandad, la voz de una coballa (no se dice así pero me gusta como suena) puesta por Gloria Estefan en la versión en castellano, resolución obvia, y listo, no hay más. así y todo parece más completa que Gi-Joe...




En la segunda proyección no pasó nada (ni en la sala ni en pantalla), la adaptación al cine de estos muñequitos y su correspondiente serie animada nos cuenta , como lo revela el título (y los que tienen un conocimiento previo lo entenderán), el origen del villano principal de la serie original -Ah, por si no se dieron cuenta, ya estoy a hablando de la de los Joes.




La peli comienza con dos soldados del ejercito que junto a su grupo deben transportar un arma biólogica creada por un empresario y un científico y que debe quedar en manos de la Otan. Algo pasa, primer ataque de los malosos, los buenos fallan, y aparecen los Gi - Joe (¿grupo paramilitar?) para salvar las papas del fuego.




Estos dos soldados quedan "fascinados" con el grupo que elige a los mejores soldados del mundo para formar un grupo especial, claro los Joes, claro todos hablan en ingles y el 90% son yanquis. En definitiva, estos dos se unen al grupo y deberán frenar el uso de esta arma por parte de los malos, y listo; hay un romance en pantalla, el recuerdo de un romance viejo, un secreto más estúpido que el de Fuerza-G, aparece el malo del título, rompen todo, y nada más. La pregunta es ¿Y dónde estan los Gi-Joe?.




La serie animada, una excusa ochentera para vender muñequitos mucho más viejos, hablaba de un grupo militar que se enfrentaba a la agrupación criminal de Cobra, no era muy profunda, pero ni siquiera eso pudieron respetar.




Los héroes andan en unos trajes tecnológicos que los aceleran, los ninjas (sobre todo el bueno) pare un robot, la varonesa (villana recordada por ser recordada como una Martina Navratilova del mal) está más buena que las milanesas que hace mi vieja, el jefe ya no tiene bigotes. Son más las cosas extrañas que las que se parecen (como consuelo está la base en el desierto, Scarlett se parece, por lo menos es pelirroja, y cuando al final se forman Cobra y Destro uno por fín celebra algo).




Es iuntil criticar estas películas como obras cinematográficas, son nulas; y he aquí los puntos en común: los dos son grupos militares o agentes del gobierno, los dos pelean contra armas tecnológicas, los dos tienen personajes recontra estereotipados, los dos entran por los ojos, los dos tienen personajes que parecen olvidar que son malos (Upsss! sopa fría); al fin, en las dos la trama parece lo menos importante. Pero en la balanza, créanlo o no, Fuerza-G pesa mucho más, por lo menos no se toma en serio.




Gi-Joe: El origen de Cobra tiene un mecanismo que va de pequeñísimas escenas con ¿diálogos?, que sirven de conectores para escenas de batalla en las que no queda nada en pie pero nadie se hace ni un razguño; sería algo así: título-batalla-presentación de los malos-batalla-presentación de los buenos-batalla-flashback sin sentido-batalla-otro flashback-batalla-resolución con otra batalla-títulos finales.




Fuerza-G, al contrario, no deja de ser una película de Disney, y aunque parece tener su unico atractivo en correrse cada vez que se nos tira algo encima (¿verla en 2D tendrá alguna justificación?), por lo menos es simpática, tiene un mensaje aleccionador, y sí, uno sale con una sonrisa de la sala, parece un chiste largo.




A Gi-Joe uno termina agradeciéndole que no haga una propaganda muy obvia de lo bueno que son los militares (Ivan eht nioj), simplemente porque ni siquiera se les parece. Detras de esta, se encuentra la misma gente de Transformers, y por desgracia, se parece más a la segunda que a la primera; eso sí, las batallas se entienden, bueno algo.




No se puede decir mucho más de ambas, como dije, las actuaciones son casi nulas (por ahí estan Dennis Quiad, Channing Tatum, Marlon Wayans, Sienna Miller, Joseph Gordon Levitt, y Christopher Eclecson en una; y Zack Galifianackis y Bill Nighy en la otra, pero no hay nada que decir).




En cuanto a la dirección, el de Fuerza - G es su ópera prima, aunque tine añares en rubros técnicos (es lógico), y el de Gi Joe es Stephen Sommers, que hizo una buena con la primera de La Momia, pero la embarró en su secuela, Van Helsing, y ni que hablar de su ópera prima Agua Viva (si se acuerdan de esta, por favor, escríbanme, paso por el cine en el '98, posta).




Para terminar, dos sugerencias: no hubiese sido mejor hacer Gi-Joe com muñecos animados o marionetas como los Thunderbirds, siiiiiiiiiii. Con el título de Fuerza-G no hubiese sido mejor hacer una adaptación de los dibujitos ponjas ochentosos del mismo nombre; no mejor no.




P.D.: Les dejo unas imágenes de las series que les hable, para que recuerden, comparen la de Gi-Joe con la de arriba y asqueense.

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domingo, 2 de agosto de 2009

La estafa maestra

Joya oculta del cine nacional, Perdido por perdido, nunca tuvo el reconocimiento que se merece; es por eso que desde este humilde lugar, quiero rendirle un pequeño homenaje.

Ernesto Vidal (Ricardo Darín) tiene problemas financieros. Verónica (Carolina Papaleo), su esposa, parece vivir en la séptima nube, y tiene sueños de grandeza mientras él se hunde cada vez más.

Para intentar salir de la crisis, le estan por rematar la hipoteca de su vivienda, Ernesto acepta la propuesta de un extraño personaje (que el mismo director de una financiera le presenta) para fingir el robo de su auto y contraer otra deuda... pero con gente aún más oscura. De ahí en más, comienza un espiral del cual no pienso adelantar nada, ya que la gracia de su trama se encuentra en sus vericuetos.

Tal vez por el momento de su estreno, 1993, la película pasó algo inadvertida; sobre todo en posteridad. Hay que recordar, que los últimos años de los '80 y los primeros de los '90 fueron propicios para el video en Argentina, y en su cine, con muchos films dirigidos especialmente a ese formato; y además, en el mismo año se estrenaron otras películas, más efectistas, pero con más repercusión, mucha más repercusión. Es el año de El Caso María Soledad; Gatica, "El Mono"; De eso no se habla, y sobre todo Tango Feróz. Por lo que, este film, si se quiere sencillo, no llegó a las loas de los anteriores mencionados.

Con el tiempo, ha adquirido algo de misticismo; sobre todo por tratarse del debut en papeles "serios" de Ricardo " La ... del amor" (llene los espacios con palabras como carpa o discoteca)Darín; y ser la ópera prima de Alberto Lecchi.

El cine argentino, siempre tuvo una muy buena relación con las historias policiales; muchos de los considerados clásicos indiscutidos, se encuadran en este género. Pero también ha sido un género largo tiempo olvidado ( hoy en día parece pasar por esa etapa), y Perdido por Perdido quizás quedó en una época que no era la suya; como dije, los policiales de principios de La Era de Ménem, eran producciones para el videoclub, con poco presupuesto, poca ropa, y mucho Silvia Peyrou (léase erotismo barrial); y en el medio de esos tiempos, esta historia buceaba por otros rumbos (¿Alguien le vió una teta a "histérica" Papaleo?, ¿Alguien quiera verla?), desnudando (no... Darín tampoco se pone en bolas) una realidad de estafas y negocios non sanctos muy común en el quehacer diario, pero no reflejada en el cine (sino hasta mucho después con pelis como Nueve Reinas o, la también injustamente no reconocida, Gallito Ciego).

El Guión de Lecchi y Daniel Romano, no solo nos muestra un fresco realista, sino que mezcla el policial con el suspenso, y hasta algo de acción; logrando un entretenimiento que no decae nunca. La historia atrapa desde el principio y no nos suelta hasta el final.

Su ritmo sostenido, no sólo se debe a la historia, sino a la mano de Lecchi detrás de cámara, otorgándole vberdadero dinamismo sin vertiginosidad.

Ya en su ópera prima, Alberto Lecchi demuestra la profesionalidad que confirmaría En toda su toda su extensa y variopinta filmografía; moviéndose con buena calidad en el cine comercial (Apariencias, Déjala Correr - Sí, a mi me gustó, ¿y qué? - ) y el más independiente (Una estrella y dos cafés, El frasco). A lo largo de toda su carrera pasó por los géneros más variados, y en todos consiguió resultados más que buenos; films políticos y contestarios como El juego de Arzibel (totalmente bastardeada por la crítica, pero para mí una de sus mejores), films histórico-políticos (Operación Fangio o Nueces para el amor), y hasta un film de suspenso noir, Secretos compartidos, el cual, hay que decirlo, sólo safa por el clima denso que le imprime el dire. A esta altura, por si no se dieron cuanta, aclaro, Lecchi es uno de mis directores de cine contemporáneos preferidos, tomo su nombre como sello de calidad, y esto empezó cuando de casualidad vi Perdido por Perdido, totalmente perdida en un videoclub (luego la debo haber visto seis o siete veces más).

Además de su director, nos encontramos con muy buenas interpretaciones: un Darín que por primera vez sorprende; un Enrique Pinti fuera del registro de comediante (y en una de sus pocas interpretaciones cinematográficas en total), Ana María Picchio como una sufrida mujer, y hasta el televisivo Jorge Schubert logra un buen registro. No nos olvidemos de Carolina Papaleo, que logra, y muy bien, la difícil proeza de componer a un personaje odioso (Ah, ¿ese no era el propósito?, bueno); una mujer a la que verdaderamente dan ganas de cachetear (al personaje, no a la actriz...).

Después de mucho tiempo sin verla - no tengo el canal Volver en donde suelen pasarla a las tres de la matina con subtítulos para hipoacúsicos - , la semana pasada me enteré que Canal siete la emitiría en su ciclo El cine que nos mira de los sábados a las 00:30; lo cual se transformó en una cita casi obligada, ya que sorprendéntemente nunca se editó en DVD (en Argentina, pero sí en otros países como España), y conseguirla en VHS es casi imposible (se consigue en sitios de internet a un alto precio y con pésima calidad por el paso del tiempo - son cintas usadas de videoclubes).

Lamentablemente, esto es algo muy común con el cine argentino. En los cines, salvo grandes proyectos comerciales, suelen pasar fugazmente por pocas salas; en los videoclubes (salvo especializados) sólo se consiguen las mismas grandes producciones; y en televisión, hay que "engarcharlas" milagrósamente por Volver o esperar (por ¿suerte? poco tiempo) a que Canal siete las emita desapercibidamente un sábado a la medianoche (como pasó hace unas semanas con el éxito de 2007 XXY). Mientras tanto, los canales de aire se debaten entre repetir una y mil veces las mismas películas de Steven Seagal, Enrique Carreras (por lo menos son argentinas - a propósito, a ver cuando pasan las buenas de Olmedo y Porcel), o películas televisivas que a diario podemos ver en el Hallmark.

Mientras tanto, lupa en mano, podemos encontrar, en algún horario perdido de nuestra TV, estas joyas que alguna vez, tal vez, tendrán su merecido reconocimiento.
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