Sí, tengo que confesarlo, ni aún la epidemia de gripe A ha impedido que me haga una escapada al cine. Es más, se sintió como ir con la espada de Damocles en el cuello, porque uno no sabía si a último momento iban a cerrarse las salas.
En realidad, debo decir, la decisión no fue mía, sino más bien que acudí como acompañante de mi vieja que es fanática (en serio fa-ná-ti-ca) de Sandra Bullock. A esta altura, ya deben saber de qué película les voy a hablar, sí, es La Propuesta, el nuevo éxito que sacó la Bullock antes de verse obligada a los papeles secundarios, o al directo al DVD.
Pero antes, les sigo relatando la "extraña" experiencia:
Les aclaro que a mi no me gusta dejar las cosas libradas al azar, y menos cuando se trata de ir al cine; digamos que lo planifico, grilla en mano, durante toda la semana, y me gusta llegar hora, media hora antes al lugar (es un ritual el pararme, por lo menos, medio minuto en cada cartel publicitario que hay en el hall de entrada, antes de ver la peli en cuestión).
Esta vez, la cosa era aún peor, toda la semana informando datos contradictorios, que cierran, que no cierran, que algunas sí otras no. Es más, el mismo día a la mañana, escuchando la radio, dijeron que habían cerrado TODOS los cine de Capital y Gran Buenos Aires, a esa altura mi desilusión era grande.
Por suerte, telefoneo a la sala, y confirman su apertura, de otra manera mi día hubiese sido un tanto gris (sueno un poco neurótico, y sí lo soy).
El viaje, fue aún más alarmante; los colectivos en fines de semana suelen estar repletos, ahora no había nadie, si hasta el colectivero nos miraba de reojo.
Si no había nadie en la calle, para qué decir en el cine, vale decir que el cine al que voy comúnmente no es de los más concurridos, pero esta vez era una exageración, faltaba el ruido del viento y la mota de paja para completar el cuadro de desolación.
La chica que nos vendió la entrada esbozó un "deberían cerrar todos los lugares, para no salir", y con eso ya teníamos el cartón lleno. Sin duda, parecía que eramos los únicos sobrevivientes del mal que había exterminado a toda la población (hace poco vi Soy Leyenda y aún estoy influenciado).
Igualmente, todo ese panorama no influenció a la hora de disfrutar delante de la pantalla. Ahora sí, basta de cháchara, y hablar de lo importante (a esta altura los que querían leer sobre el film me deben estar odiando):
En La Propuesta, Bullock es Margaret Tate, una de esas mujeres a las cuales no querés tener como jefa; una editora de libros tan eficaz en lo suyo, como dispuesta a pisar cualquier cabeza con tal de mantenerse en su posición, y dentro de esas cabezas, se encuentran las de sus empleados.
En un primer momento vemos a esta déspota desplegar todas sus armas frente a sus compañeros, y a quienes deben asistirla en su labor.
Entre ellos, nos encontramos con su secretario personal Andrew (Ryan Reynolds), un muchacho modosito y entregado a cumplir cualquier orden de su jefa.
El problema surge cuando a Margaret, canadiense ella, le revoquen la visa estadounidense, y deba regresar a su país en unos pocos días... salvo que se le ocurra alguna idea.
Ante la desesperación, ella dirá sus jefas que está comprometida con Andrew, y que el matrimonio es sólo cuestión de días; para así poder conseguir la visa.
De ahí en más tenemos la trama romántica, que pasará del odio al amor, y se acrecentará en seguida cuando, para disimula ante Migraciones, deban viajar a Alaska para conocer a la familia de él.
Seguir contando la trama sería un desperdicio, no por los secretos no revelados, sino porque es lógico pensar como sigue.
A lo largo de su carrera, Sandrita a tenido más de un traspié (Máxima Velocidad 2, Miss Simpatía 2, Me robo el corazón por decir algunos), pero siempre a encontrado la forma de volver; y hay que decirlo, siempre es a mano de una comedia romántica.
De esta manera, a logrado perdurar más que algunas de sus "competidoras" en el rubro; por nombrar a una, Meg Ryan ya es un caso perdido, y de ser "la reina de los corazones" pasó sin escala a (tomen nota): un film semi erótico (In the cut), una de boxeadores (Entra las cuerdas), y últimamente quizo volver con dos estúpidas comedias (ambas se fueron al tacho) en las que, en una hacía de una gorda al estilo Eddie Murphy (El novio de mi mamá, con otro caso perdido, el Tonio Banderas), y la otra era una fallida remake de una película que originalmente ya era mala (Todo sobre las mujeres).
En esta oportunidad, Bullock, que venía de algunos películas insignificantes y papeles secundarios, vuelve a pegarla con lo que mejor sabe hacer, hacer suspirar a los románticos.
Eso sí, una novedad resulta el papel de déspota, que le dura menos de quince minutos, pero que es nuevo, es nuevo; ya que siempre mostró dulzura.
En cuanto a la película, no todo es Sandra-Sandra-Sandra, si bien la originalidad no es su punto fuerte (otra vez nos encontramos, como en la entrada anterior, con un film con reminiscencias a otros), sabe hacer divertir, y hay que reconocer que dentro de la sala, el tiempo vuela y uno sale con una sonrisa; ¿si uno va a ver esta película, busca otra cosa?).
Por parte de Ryan Reynolds, si bien está correcto en su interpretación, el astro de los films de superhéroes queda un poco desdibujado frente a la figura de la protagonista por antonomasia del film (¿hace falta decir quién es, suban un par de párrafos y la nombre como diez veces), y frente a los actores que encarnan a su familia. Sobre todo ante Mary Steenburgen y la gran Betty White, quienes encarnan a madre y abuela del muchacho, con quienes Sandra Bullock (ahí va otra vez) juega sus mejores escenas.
Comedia pasatista, tiene sus debilidades, pero nada a tener en cuenta en el resultado final. Ella parece interesarse en él cuando se entera que en verdad no es un pelagatos, sino que su familia es dueña de todos los negocios en el lugar. No está claro como él pasa de considerarla el ser más despreciable del mundo (si uno está distraído - algo que ocurre en estos films a los que su misma liviandad lleva a relajarse -pareciera que es hasta unos minutos antes antes del desenlace) a caer profundamente enamorado de ella. Tampoco son claros los cambios de humor en ella, que pasa de la antipatía total a mostrarse como una fanática del hip-hop. Por último, el conflicto entre Andrew y su padre (Craig T. Nelson) parece quedar inconcluso, y con una resolución a las apuradas sobre el final.
La propuesta, suena como una mezcla entre Green Card (esa genial comedia romántica de Peter Weir que por desgracia pasó sin penas ni glorias), obviamente por su similitud en la trama; y Mientras Dormías (LA comedia romántica de Sandra Bullock), en el hecho de anteponer la relación de la protagonista con la familia del muchacho, antes que la trama romántica.
Con estos dos antecedentes, y de la mano de una directora que cada vez adquiere más experiencia en el rubro, entregando productos aceptables (como en este caso), La propuesta parece traer lo mejor de la comedia romántica estadounidense en un género que últimamente paree algo agobiado.
En definitiva, la experiencia en el cine termino resultando bastante placentera; todo lo que la rodeo, no tanto...
Título: La Propuesta (The Proposal)
Año: 2009
Duración: 107 minutos.
Director: Anne Fletcher
Actores: Sandra Bullock, Ryan Reynolds, Betty White, Mary Steenburgen, Craig T. Nelson, Denis O'Hare, Oscar Nuñez, Malin Akerman.
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