lunes, 24 de septiembre de 2012

RECUERDOS DEL VHS: Robot Jox


Después de una semana de descanso vacacional y otra de reorganización y puesta al día laboral, estuve pensando en cómo volver con todo a este blog... y la verdad es que esta sección es una de las que más me gusta escribir; me remonta siempre a las primeras compulsiones de ver varias películas por día, al insertarme varias horas dentro del videoclub, revolver todas las cajitas y salir con cuatro o cinco películas que me despertaban curiosidad... como si estuviese en un parque de diversiones. Casi todos los clientes se limitaban a la góndola de los estrenos; a mi nunca me gustó la aglomeración de personas así que me metía atrás tranquilo, me sentaba en el piso alfombrado y leía todas las contratapas; así fue como me fui acostumbrando a alquilar más películas “raras” que “grandes títulos de Hollywood”. ¿A qué viene toda esta entrada que ya a esta altura no es una novedad? A que tengo el recuerdo de que la película de hoy es la primera película “berreta” que alquilé, Robot Jox (1989) en una impresionante edición de Ledafilms; sí, esta es la culpable.



El argumento es bastante complicado (en palabras mías, es un quilombo) pero veamos si puedo resumirlo y que se entienda... algo. Para empezar, la acción se desarrolla en un futuro arrasado por un desastre nuclear ocurrido hace cincuenta años; los sobrevivientes se agruparon en dos bandos o naciones, el Mercado Occidental y la Confederación, que vendría siendo lo que quedó de EE.UU. por un lado y de la U.R.S.S. (que paradójicamente, se disolvería un año después del estreno de esta película, cuando todavía esta cinta estaba editándose en varios países).
Si bien la polarización continúa, la Guerra Fría ahora es, por lo menos tibiecita. Aunque luego del Apocalipsis las dos acciones se prometieron terminar con los combates entre personas, cuerpo a cuerpo digamos; la milicia pasó a desarrollarse mediante robots que adivinen cómo se llaman... bueno sí, Jox.
Lo que tenemos acá entonces es una película bélica, en la que los protagonistas son los soldados, y los combates son el escenario principal... pero el campo de batalla son estadios abiertos tipo Coliseo Romano donde la gente arenga y apuesta por su bando (o el contrario, ejem) y los soldados/gladiadores se escudan dentro de unos mega robots que reíte de Michael Bay.
Antes de continuar me tomo un párrafo para aclarar quienes son los buenos y quienes son los malos; a ver, es una película clase B yanqui, típica de los años ’80 (con todos los clichés posibles) ¿hace falta que siga aclarando?, los rusos son malos, malos, malos, tienen unas ganas de joderles la vida a todo el mundo terribles, y actúan a puro impulso de hacer el mal por el solo hecho de ser malos y quedarse con todo y así ver sufrir a toda la humanidad ¿?
Nuestro héroe es Aquiles (Gary Graham) un legendario gladiador Jox patrocinado por el Dr. Matsumoto (Danny Kamekona) que se encarga de desarrollar las máquinas. Aquiles cuenta con el apoyo logístico de Tex Conway (Michael Alldredge), el encargado de realizar las estrategias de batalla.
Del lado soviético contamos con el despiadado Alexander (Paul “ruso maloso” Koslo) , un combatiente que, obviamente, disfruta matando a los buenos del Mercado.
Por otro lado, hay un proyecto para general guerreros mejorados genéticamente mediante el “gen Jox” ¿?, y Athena (Anne-Marie Jonson) es una de ellas y observa con admiración al veterano Aquiles.
¿A esta altura ya se perdieron? ¿No? bueno, Aquiles, Tex y Matsumoto se preparan para la pelea más importante de robots, la toma de Alaska, y su comandante Comisionado Jameson (Robert Sampson) no quiere saber nada con perder y que la Confederación se quede con el territorio. Claro que Alexander también se prepara. Y Athena mira todo con ojos de heroína de telenovela.

En realidad la historia tiene varias bifurcaciones más, pero estos son los lineamientos generales. Esta historia tan compleja, que aún así no escapa a todos los clichés de la época se debe a que detrás del guión encontramos al escritor de novelas de Ciencia-Ficción Joe Haldeman acostumbrado a este tipo de relatos; no obstante se nota que su director metió mano a su antojo, como siempre acostumbra hacer Stuart Gordon.

Para los que no lo conocen, Gordon es la gloria detrás de clásicos clase B como Re-Animator  (1985), Re-Sonator (From Beyond, 1986), Camioneros del espacio (Space Truckers, 1996), y esa cosa con Christopher Lambert llamada La Fortaleza (Fortress, 1992); además de ser uno de los guionistas de Querida encogí a los niños (Honey, I Shrunk the kids, 1989) y uno de los cerebros detrás de la productora Fantastic Factory; o sea, es un groso indiscutible.

Entre la seriedad de los relatos de Haldeman y el estilo visual de Gordon (que parecieran antagónicos), viendo Robot Jox, definitivamente ganó el segundo. El director de Dagon (2001) suele regodearse con elementos que podríamos llamar cursis, descabellados, casi como riéndose y regodeándose de su condición de Clase B. Los que conozcan algo de su obra sabrán que el hombre es un verdadero autor y que está acostumbrado a la exageración, ya sea desde un gore extremo, FX terribles, fuerte carga de violencia, y una tendencia hacia lo burdo. Eso es lo que hace geniales a cada una de sus películas, y Robot Jox es un muestrario perfecto de todo esto, para mí una de sus mejores películas.

Según la edición que encuentren (el sr. tijeras hizo de las suyas en algunas copias) se van a encontrar con un film cargado de violencia explícita, diálogos imposibles, robots ambiciosos pero acartonados, y bastante sangre por ser un film que no apunta al terror. El desarrollo de la trama está al servicio de todo esto, avanzando de una secuencia incoherente a otra y encontrando su propia lógica. Lo más llamativo es que pese a la complejidad de la trama, y toda la violencia expuesta en pantalla; desde los personajes y el tratamiento que se les da pareciera ser una película para chicos, como si fuese una de las producciones ochentosas de Amblin, pero con un tercio de su presupuesto (es más así fue como la ubiqué en el videoclub, en la góndola de Infantiles).

Los robots son sencillamente indescriptibles, una mezcla entre stop motion, mucha imaginación y esfuerzo, y una ambición en la imagen que haría sonrojar a cualquier superproducción actual. Nada de digitalización, todo se nota hecho a mano, pero aún así a gran escala.

Lamentablemente, no corrió con la mejor de las suertes, fue un fracaso que arrastró a la mítica productora Empire a su cierre, siendo esta su última película. Igualmente, casi de inmediao encontró su nicho devpúblico y se convirtió en film de culto, obteniendo una pseudo-secuela en 1993, Robot Wars.

El resultado al ver Robot Jox  por primera vez fue de un total asombro, era chico y poder disfrutar de esos grandes combates entre robots gigantes comandados por personajes que parecían muñecos de acción realmente me dejó maravillado, tanto como para que aún lo recuerde.
Pase un montón de tiempo sin poder volver a verla, nunca más la volví a alquilar, y aún así me acuerdo de detalles de la edición en VHS, como los enormes subtítulos en color celeste chillón que dificultaban la lectura, los ridículos adelantos de pre-estrenos, y la ruinosa calidad de la copia que la hacía parecer una película de los años ’60... pero todo eso sumó a una mejor apreciación del material y le agregó muchísimo de sui encanto. Hace unos años la ubiqué en un DVD de excelente calidad editado por MGM... y está perfecto, pero no es lo mismo; al pan pan, al vino vino, y a la Clase B una edición de baja calidad.

Escribir sobre esta película me produce una sensación imposible de expresar en estas letras, siempre considero que formó una parte de mis gustos actuales, de esto que leen acá todas las semanas. Puede que ustedes la vean y no encuentren la maravilla que veo yo; pero estas cosas son así, no existe la objetividad en los ojos de un fanático.


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