La cosa es
así, 1983 fue un gran año. Mientras por acá regresaba (esperemos que)
definitivamente la democracia, otras hechos sucedían que lo hacían aún más
grandioso; nacía yo, y se estrenaba El Regreso del Jedi (Star War:
Return of the Jedi). Ya solo con esos eventos alcanzaría para ponderarlo
como un año memorable (sí, me quiero mucho y todos deberían recordarme ¿?),
pero además fue el año en que se estrenó una película con uno de los
soundtracks más apreciados de la historia del cine; 1983 fue el año de Flashdance.
Si la
premisa de esta sección es hablar de bandas sonoras que superan (o por lo menos
igualan) en grandeza y popularidad a la película de la que salieron, este
¿sorpresivo? éxito de Adrian Lyne debe ser el súmun de esto. Piénsenlo bien,
¿se acuerdan del argumento? bueno, a eso me refiero.
Para los
desmemoriados ahí va; todo el asunto gira en torno a Alex Owens (Jennifer
Beals) una chica que tiene por objetivo ser bailarina de ballet. Pero para eso
debe esforzarse mucho, y de mientras trabaja en una fundición de acero y de
noche se gana unos dólares extras bailando en un cabaret... a donde concurren
sus compañeros de trabajo. Ahora, no todas son pálidas en la vida de Alex,
además de despuntar el vicio en el cabaret (el vicio del baile, ojo), ahí
también es donde la ve su jefe por primera vez, o donde por primera vez no la
confunde con un hombre, y habrá amor, ahhhh
Mi punto es
que, si con ese ridículo/pedorro/irreal argumento no hubiese atrás una buena
banda sonora llena de clásicos pop de la década (y una muy importante campaña
publicitaria detrás, obviamente), estaríamos hablando de algo similar a Showgirls
(1995), ese esperpento que hizo que perdiéramos el respeto por Paul
Verhoeven durante mucho tiempo.
Pero bueno,
el genio del marketing cinematográfico Jerry Bruckheimer (junto a su socio de
entonces, Don Simpson) hizo de esta cosa un éxito, y es que lo que se pretendía
desde el vamos era vender los discos y cassettes.
El primer
hit fue el leit motiv de la película, Flashdance... What a feeling
interpretado por Irene Cara; esta canción es el día de hoy que sigue sonando en
todos lados y nunca falta alguna publicidad que la traiga de vuelta del
recuerdo. Por supuesto, la canción, al mejor estilo “autoayuda” habla de
perseguir los sueños, no bajar los brazos, y bailar en un mundo de acero
(¿¿??).
El segundo
corte de difusión, y que a mi me parece mucho más interesante, fue Maniac de
Joseph Sembello. Esta canción, en realidad, fue escrita para otra película, la
genial Maníaco (Maniac, 1980) del groso William Lustig que habla
de un asesino serial que mata mujeres para arrancarles el pelo y “decorar” unos
maniquíes que tiene en la casa (si, es buenísima); pero el tema de Sembello
quedó afuera, asi que a la letra se le hicieron un par de modificaciones y pasó
de ser un asesino maniático, a ser una maniática en la pista de baile. Aún así,
el ritmo es bien pegadizo y cada vez que la escucho me quedo un rato
tarareándola.
Además de
estos dos, que son sus cortes más recordados, la película tenía canciones de
Joe Espósito (la balada Lady, Lady, Lady) – quien originalmente iba a
cantar la canción de Irene Cara -, Laura Branigan (Imagination), y Donna
Summer que interpreta la canción Romeo más conocida por ser un éxito de
la cantante que por formar parte de esta banda sonora.
Este
soundtrack fue uno de los más vendidos de su década (en la cual brillaron los
mismos), y el éxito de las canciones arrastró al éxito de la película que fue
una de las más vistas del año. La estrategia de lanzar antes las canciones para
que fueran “enganchando” al público definitivamente dio resultado.
Sobre la
película no se puede decir mucho más, como leyeron, el argumento es
directamente risible. Las escenas en las que vemos a Alex con una soldadora en
mano deben formar parte de algún panteón de mejores momentos de risas
involuntarias en el cine; Velas estaba demasiado ocupada aprendiendo las
coreografías como para si quiera saber como se agarra esa herramienta. En
cuanto al resto, no deja de ser menos delirante; ese cabaret debe ser
reconocido por tener a las mujeres más tapadas del mundo, la sensualidad está
todo el tiempo en insinuar pero sin mostrar, lo cual estaría perfecto... sino
fuese porque esos lugares están pensados para que los hombres vayan a ver
mujeres en pelotas, es así. La chica baila de acá para allá y se queda con un
bombachón, medias!!!!, y un pullover!!!!, ah, eso sí, se tira un balde con agua
encima ¿?.
Quien ocupa
el lugar de director no es otro que Adrian Lyne, y ahí entendemos un poco más
las cosas. Este señor vendría ser el rey del cine “erótico” hollywoodense, o
sea el preferido para filmar cosas con temas supuestamente fuertes pero en
donde todos estan tapadísimos como si hiciese – 40° bajo cero (llámese Atracción
Fatal, Propuesta Indecente, Infidelidad, y varios etc.). Pero bueno,
este no es un posteo sobre la desnudez en el cine, sino sobre la música en el
cine, y de eso hay bastante en la película, y Lyne sabe adornarlo bien filmando
varias escenas que parecen videoclips exclusivos para el lucimiento de las
canciones; tarea cumplida.
Jennifer
Beals adquirió cierta popularidad con este film, pero así como ascendió rápido
desapareció de la misma manera. La verdad es que en esta película aporta el
carisma necesario, y podemos decir que baila bien, pero como actriz... Bueno,
las últimas veces que la vimos en una sala de cine por acá fue en cosas como Turbulencia
2 (Turbulence 2: Fear of Flying, 2000) que solo Dios sabe por qué se
estrenó en nuestras pampas.
El resto
del elenco desapareció junto con la película y ninguno es muy recordado, ni
siquiera Michael Nouri (si alguien sabe quién es que avise), que interpretó a
Nick, el jefe y enamorado de Alex.
Acá les dejo las canciones a las que hice referencia, ¡que las disfruten!:
What a Feeling
Maniac
Lady, Lady, Lady
Imagination
Romeo
Mirá que yo soy tecnica, y como tal hice taller y por tanto sé manejar herramientas ... Pero lo de Jennifer Beals siempre me pareció un delirio ... Tal cual, pelicula famosa por el soundtrack !
ResponderEliminar