domingo, 2 de agosto de 2009

La estafa maestra

Joya oculta del cine nacional, Perdido por perdido, nunca tuvo el reconocimiento que se merece; es por eso que desde este humilde lugar, quiero rendirle un pequeño homenaje.

Ernesto Vidal (Ricardo Darín) tiene problemas financieros. Verónica (Carolina Papaleo), su esposa, parece vivir en la séptima nube, y tiene sueños de grandeza mientras él se hunde cada vez más.

Para intentar salir de la crisis, le estan por rematar la hipoteca de su vivienda, Ernesto acepta la propuesta de un extraño personaje (que el mismo director de una financiera le presenta) para fingir el robo de su auto y contraer otra deuda... pero con gente aún más oscura. De ahí en más, comienza un espiral del cual no pienso adelantar nada, ya que la gracia de su trama se encuentra en sus vericuetos.

Tal vez por el momento de su estreno, 1993, la película pasó algo inadvertida; sobre todo en posteridad. Hay que recordar, que los últimos años de los '80 y los primeros de los '90 fueron propicios para el video en Argentina, y en su cine, con muchos films dirigidos especialmente a ese formato; y además, en el mismo año se estrenaron otras películas, más efectistas, pero con más repercusión, mucha más repercusión. Es el año de El Caso María Soledad; Gatica, "El Mono"; De eso no se habla, y sobre todo Tango Feróz. Por lo que, este film, si se quiere sencillo, no llegó a las loas de los anteriores mencionados.

Con el tiempo, ha adquirido algo de misticismo; sobre todo por tratarse del debut en papeles "serios" de Ricardo " La ... del amor" (llene los espacios con palabras como carpa o discoteca)Darín; y ser la ópera prima de Alberto Lecchi.

El cine argentino, siempre tuvo una muy buena relación con las historias policiales; muchos de los considerados clásicos indiscutidos, se encuadran en este género. Pero también ha sido un género largo tiempo olvidado ( hoy en día parece pasar por esa etapa), y Perdido por Perdido quizás quedó en una época que no era la suya; como dije, los policiales de principios de La Era de Ménem, eran producciones para el videoclub, con poco presupuesto, poca ropa, y mucho Silvia Peyrou (léase erotismo barrial); y en el medio de esos tiempos, esta historia buceaba por otros rumbos (¿Alguien le vió una teta a "histérica" Papaleo?, ¿Alguien quiera verla?), desnudando (no... Darín tampoco se pone en bolas) una realidad de estafas y negocios non sanctos muy común en el quehacer diario, pero no reflejada en el cine (sino hasta mucho después con pelis como Nueve Reinas o, la también injustamente no reconocida, Gallito Ciego).

El Guión de Lecchi y Daniel Romano, no solo nos muestra un fresco realista, sino que mezcla el policial con el suspenso, y hasta algo de acción; logrando un entretenimiento que no decae nunca. La historia atrapa desde el principio y no nos suelta hasta el final.

Su ritmo sostenido, no sólo se debe a la historia, sino a la mano de Lecchi detrás de cámara, otorgándole vberdadero dinamismo sin vertiginosidad.

Ya en su ópera prima, Alberto Lecchi demuestra la profesionalidad que confirmaría En toda su toda su extensa y variopinta filmografía; moviéndose con buena calidad en el cine comercial (Apariencias, Déjala Correr - Sí, a mi me gustó, ¿y qué? - ) y el más independiente (Una estrella y dos cafés, El frasco). A lo largo de toda su carrera pasó por los géneros más variados, y en todos consiguió resultados más que buenos; films políticos y contestarios como El juego de Arzibel (totalmente bastardeada por la crítica, pero para mí una de sus mejores), films histórico-políticos (Operación Fangio o Nueces para el amor), y hasta un film de suspenso noir, Secretos compartidos, el cual, hay que decirlo, sólo safa por el clima denso que le imprime el dire. A esta altura, por si no se dieron cuanta, aclaro, Lecchi es uno de mis directores de cine contemporáneos preferidos, tomo su nombre como sello de calidad, y esto empezó cuando de casualidad vi Perdido por Perdido, totalmente perdida en un videoclub (luego la debo haber visto seis o siete veces más).

Además de su director, nos encontramos con muy buenas interpretaciones: un Darín que por primera vez sorprende; un Enrique Pinti fuera del registro de comediante (y en una de sus pocas interpretaciones cinematográficas en total), Ana María Picchio como una sufrida mujer, y hasta el televisivo Jorge Schubert logra un buen registro. No nos olvidemos de Carolina Papaleo, que logra, y muy bien, la difícil proeza de componer a un personaje odioso (Ah, ¿ese no era el propósito?, bueno); una mujer a la que verdaderamente dan ganas de cachetear (al personaje, no a la actriz...).

Después de mucho tiempo sin verla - no tengo el canal Volver en donde suelen pasarla a las tres de la matina con subtítulos para hipoacúsicos - , la semana pasada me enteré que Canal siete la emitiría en su ciclo El cine que nos mira de los sábados a las 00:30; lo cual se transformó en una cita casi obligada, ya que sorprendéntemente nunca se editó en DVD (en Argentina, pero sí en otros países como España), y conseguirla en VHS es casi imposible (se consigue en sitios de internet a un alto precio y con pésima calidad por el paso del tiempo - son cintas usadas de videoclubes).

Lamentablemente, esto es algo muy común con el cine argentino. En los cines, salvo grandes proyectos comerciales, suelen pasar fugazmente por pocas salas; en los videoclubes (salvo especializados) sólo se consiguen las mismas grandes producciones; y en televisión, hay que "engarcharlas" milagrósamente por Volver o esperar (por ¿suerte? poco tiempo) a que Canal siete las emita desapercibidamente un sábado a la medianoche (como pasó hace unas semanas con el éxito de 2007 XXY). Mientras tanto, los canales de aire se debaten entre repetir una y mil veces las mismas películas de Steven Seagal, Enrique Carreras (por lo menos son argentinas - a propósito, a ver cuando pasan las buenas de Olmedo y Porcel), o películas televisivas que a diario podemos ver en el Hallmark.

Mientras tanto, lupa en mano, podemos encontrar, en algún horario perdido de nuestra TV, estas joyas que alguna vez, tal vez, tendrán su merecido reconocimiento.

1 comentario:

  1. Gran post!!

    Eso sí que es pegar en el lugar justo! (Papaleo sos un garrón!!)

    ¡Que vuelvan las de Olmedo y Porcel -las que no filmó Carreras- a la tele!!

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