Ya sé que anteriormente prometió una reseña sobre El secreto de sus ojos, pero a más de un mes de esos dichos, y mucho más del estreno de aquella, prefiero guardarlo para cuando salga el DeVeDé, voy adelantando que es formidable.
Esta vez prefiero no escribir sobre un estreno, tampoco lo voy a hacer sobre un clásico, sino sobre un film discreto, una discreta comedia francesa.
El Restaurante, horrible título para el original Aprés Vous... (algo así como "Después de ti" o "Después de que"), es una comedia que sigue el "molde" de la más típica comedia francesa, pero no por eso deja de ser una experiencia muy divertida.
Antoine (el genial y versátil Daniel Auteuil) es Someliër en un restaurante parisino, cuando empieza la historia lo vemos con una vida tranquila aunque algo monótona, pero de camino a ver a su novia, se encontrará con Louis (José Garcia) apunto de ahorcarse en una árbol; por puro instinto Antoine irá en su socorro, y de ahí en más cambiará su vida.
Louis resultará, sin más palabras, un lastre; un ser que no le encuentra sentido a su vida, que vive apesadumbrado, y que intentará suicidarse constantemente. Pero Antoine se apiadará de él, y cumpliendo un rol de buen samaritano, lo ayudará una y otra vez, hasta no poder sacarlo de su vida.
Entre los "mandados" que el santo de Antoine realizará para su "nuevo amigo", se pueden contar robarle una carta suicida a su abuela totalmente sorda y cegatona, conseguirle trabajo en su restaurante, y en el mismo puesto que él (claro que será completamente inepto), y por último intentar contactar a la razón de tanta pena, una ex-novia de Louis, Blanche (Sandrine Kiberlain), una florista con problemas amorosos.
A lo largo del film, veremos la transformación de ambos personajes, mientras Louis va adquiriendo color en su personalidad, Antoine se va pareciendo cada vez más a Louis, y encima se enamorará de la bonita florista.
Comedia de enredos, al fin, el disparate estará a la orden del día; pero todo dentro de un cuadro medido, una trama bien desarrollada y que le permite un desarrollo a los actores, sobre todo Daniel Auteuil, el protagonista excluyente del film, el que se roba todas las escenas.
Uno nunca entiende la actitud de Antoine, por qué soporta tanto, por qué ayuda a un personaje al que más de uno quisiera golpear, o aunque sea sacudir para ver qué le pasa. Pero es así, se convierte en un benefactor capaz de poner en riesgo todo lo que tiene para ayudar a alguien que, en definitiva, no deja de ser un desconocido (tal vez esas emociones era lo que necesitaba para despertar de su aletargada vida).
Hay algo que diferencia a la comedia francesa de la típica comedia jolibudense, no es una sucesión de gags, no es una risa contínua por lo absurdo. Tampoco es cuestión de desmerecer a ese tipo de humor, simplemente, este es distinto, más que la carcajada ante situaciones ridículas, esto es una humorada, una sonrisa que dura toda la proyección, y aún después. Es un film ameno con situaciones mordaces desde los diálogos más que desde el físico. Es un gusto poder apreciar ambos tipos de comedias.
Pierre Salvadori (director, y uno de los guionistas) parece seguir la senda de las comedias de Francis Veber, su estilo es similar, pero a diferencia del director de El Placard, Salvadori se inclina más por la comedia romántica (estilo que quedará más marcado en la posterior Mujer de Lujo), pero prevaleciendo más lo cómico que lo romántico; es por eso que no podría decir que esta es una comedia romántica pura (por lo menos, no al estilo meloso que entiende el país de norte).
Una comedia para recomendar, para pasar un momento más que grato y continuar con una sonrisa aún después de verla (apuntarla quienes quieren ver una romántica con su pareja y no morir en el intento, ambos la pasarán bien).
Por ahora, me despido hasta la próxima vez que se me permita escribir.
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