Siguiendo
con las obviedades temáticas, hoy 21 de Octubre se celebra en Argentina el Día
de las Madres, y como no podría ser de otra manera (¿?), le vamos a rendir
homenaje con una lista corta de películas en donde ellas tienen el poder... eso
sí, no nos corremos ni un cachito de la temática del mes, son mamás
terroríficas.
1 – El día de la madre (Mother’s Day, 1980)
¿Existe
otra manera de iniciar este conteo? La película no sólo lleva es alusiva al día
en su título; el personaje es tan unidimensional que ni siquiera se le conoce
el nombre, directamente es Mamá (Beatrice Pons).
Como sucede
en millones de films de horror, tres chicas deciden irse a vivir un fin de
semana de aventuras, se internan en un bosque y se disponen al camping; pero en
el camino se cruzan con los hermanos Ike y Addley que las atrapan, las
secuestran y se las llevan a su casa en el mismo bosque para presentárselas a
Mamá. Como indica el manual de la familia disfuncional, Mamá (líder indiscutida
y mandamás de la banda criminal) disfruta viendo como sus hijos torturan de
todas las formas posibles a estas dos chicas (en especial tienen un gusto por
los utensilios de cocina).
Una mezcla
de comedia y horror que pese a lo que podría esperarse no es tan gráfico y
explícito convirtiéndola casi en una parodia de suspenso. Las tres chicas son
lo suficientemente golfas y tontas como para catalogarlas de trilladas; y tanto
los hermanos como Mamá parecen un surtido de La Masacre de Texas y
Martha Stewart. Si bien no es muy original se deja ver.
El año
pasado pasó totalmente desapercibida una remake (Sangriento día de las madres) con Rebecca DeMornay en el rol
de la matriarca; pero le quitaron todos los ingredientes bizarros y de humor,
una pena.
2 – Scream
2 (1997)
Y otra vez
insisto con la saga de Ghostface. Si por alguna casualidad no vieron esta
secuela y tienen intenciones de hacerlo abandonen la lectura por acá. Terminada
la advertencia sigamos; como es costumbre en la saga, cada entrega hay dos
asesinos distintos que utilizan el disfraz típico de Halloween. En esta
oportunidad, para la sorpresa de muchos, la asesina principal era un personaje
que no había aparecido demasiado durante toda la película, Debbie Salt (Laurie
Metcalf) una reportera que se entromete en los hechos y compite con Gale
Weathers (Courtney Cox) por tener la primicia. Claro, sorpresa del final,
Debbie no es tal, sino que es La Sra. Loomis, madre de Billy, el asesino de la
primera parte que busca venganza en nuestra heroína permanente Sydney Prescott,
ya que no solo mató a su hijo sino que es la hija de Maureen que le “robó” a su
marido (bueno, es todo un quilombo que solo entenderán los que vieron y
recuerdan todas las películas).
Desquiciada
y vengativa, Ms. Loomis es una mujer que se entrajeaba y maquillaba para salir
a planear toda su venganza. La escena final en el teatro es sencillamente
antológica. Nunca mejor dicha la frase “no te metas con mi hijo y mi marido”;
en el fondo es una madraza y me gustaría tenerla para que me defienda.
3 – Mamá,
Asesina Serial (Serial Mom, 1994)
Una de las
películas más convencionales de un director extravagante como John Waters; y
aún así, una obra muy divertida.
Kathleen
Turner interpreta a Berverly Sutphin, madre ejemplar de dos hijos adolescentes
(Matthew Lillard y Ricki Lake), esposa modelo, y ama de casa envidiable. Los
Sutphin llevan una vida soñada en los suburbios, y todo parece salirles tal
cual ellos quieren... sobre todo porque si alguien asoma como para complicarles
la vida, mamá, en secreto, lo aniquila.
Waters
utiliza esta comedia con tintes de terror para configurar una crítica
despiadada al sueño americano y lo que se está dispuesto a hacer para mantener
el status quo.
Beverly no
duda en cazar sus tijeras de podar y hacer justicia por mano propia frente a
asuntos tan complejos y traumáticos como un profesor que pone una baja
calificación, o un vecino que la mira feo. También se va encargar de mantener
la moral del barrio bien alta, cueste lo que cueste. Las cosas se van a
complicar cuando algunos cabos no cierren muy bien, la policía investigue, y
sus propios hijos comienzen a sospechar. Igual, a no desesperarse que mami
puede cometer dos o tres asesinatos antes de sacar el bizcochuelo del horno.
Como una
versión retorcida y extrema de Desperate Housewives, la película es
realmente muy entretenida, tiene intriga, humor, muy buenas actuaciones, y un
mensaje que Hollywood nunca se animaría a mostrar.
4 – Martes
13 (Friday the 13th, 1980)
Misma
advertencia que para Scream 2, si no la vieron y lo quieren hacer, no
lean estos párrafos.
En este
clásico cuasi fundador del slasher en los años ’80 un campamento en el Lago
Crystal es re-abierto luego de permanecer años cerrado tras una serie de
crímenes cometidos en el lugar. Los coordinadores llegan para ir preparando el
lugar y parece que a alguien les molesta su actitud libertina, van a ir cayendo
uno a uno en manos de un asesino misterioso.
En un
momento de la historia nos enteramos que antes de los crímenes de antaño, un
niño (con una enfermedad mental y degenerativa) se ahogó en el lago en un
descuido de los guardias; por lo que esos asesinatos y los de ahora pueden
estar relacionados con aquel hecho.
La sorpresa
del final será descubrir que la pueblerina amable que dice ser amiga de los
dueños del campamento y parece conocer muchos de lo sucedido anteriormente no
es otra que Pamela Vorhees (Betsy Palmer), la madre de Jason, el niño ahogado; y sí, es
nuestra asesina (para los no avispados, Jason aparece recién en su secuela).
Una madre
obsesiva, sobreprotectora, trastornada, y muy dolida por una muerte que no
puede cicatrizar. Pamela va a dar pelea hasta las últimas circunstancias y va a
achurar a una cantidad de veinteañeros que haría sonrojar a más de un
psicópata. Todo eso sin jamás perder la delicadeza de su peinado lleno de spray
y los buenos modales; si hasta pide permiso antes de ensartar un hachazo.
En fin si
algo caracteriza a estas cuatro madres y las diferencia sobre cualquier loco
que achura inocentes es la delicadeza a la hora de actuar. Como toda madre que
se precie estas cuatro dan todo por sus hijos, los defienden de todo lo que les
pueda pasar, y a su manera le expresan todo su amor. Les guste a quien les
guste, son madres ejemplares. Eso sí, si un día nos invitan a cenar una jugosa
carme al horno, dudemos siempre dudemos de no ser el plato principal.
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