Es sabido
el anuncio de una secuela puede ser un gancho gigantesco para espectadores
indecisos, o aquellos deseosos de ver más sobre una historia que les gustó
originalmente. A veces no importa si la película es mala o de dudosa calidad,
si tiene un presupuesto ínfimo, o si directamente no tiene sentido (como lo
demuestro semana a semana en la sección del viernes), crear una secuela de por sí
es asegurarse un número de espectadores (aunque no siempre resulte), y eso
puede ser irresistible para los productores.
Hay veces
en que ese “gancho” no es más que eso, un gancho, un cazabobos digamos, en
realidad detrás no hay secuela alguna. Hay varios casos de esos, y de todo
tipo, desde las “secuelas” italianas de Dawn of the Dead (1978)
tituladas Zombi 2, 3, etc.; o la secuela de
Soldado Universal (1992) estrenada en TV un año antes de que se
estrene otra secuela en cines; o más simple casos en que si bien tienen título
de secuelas en verdad no guardan ninguna relación con el original, sea el caso
de las Amytiville, las Silent Nigh, Deadly Night, y Demonios 3
(Demons 3, The Ogre, 1987) – que en verdad es una conjunción de
capítulos de una serie de TV dirigida por Lamberto Bava –.
Pero las
cuatro películas de las que hablo hoy son otra cosa, acá no hay productores
ávidos de un gancho falso; en este caso ni siquiera se pensaron ni se
estrenaron como secuelas, es más, nadie las conoce como secuelas salvo los que
apreciamos su edición para DVD/VHS en Argentina; es decir, es una mentira hecha
y derecha de las editoras.
Alrededor
del mundo existen varias de estas, por citar una, en España L’ultimo Squalo (1981)
se conoció como Tiburón 3; pero en nuestro país solo recuerdo estos
ejemplos en los que incurrió SBP Worldwide cuando a comienzos del nuevo siglo
apareció el auge del DVD.
El
Cocodrilo 2 nos
quiere hacer creer que es una secuela de El Cocodrilo (Lake Placid,
1999) una comedia de terror dirigida por Steve Miner y protagonizada por
Bill Pullman y Brigitte Fonda en la cual Betty White le daba de comer vacas a
un cocodrilo estancado en un lago y al que la vieja usaba como mascota.
En realidad
El Cocodrilo 2 es una producción muy clase b llamada Cocodrile (2000) sobre unos
amigos que se van de parranda, se embarcan en un bote y son atacados por el
chobi del título. Para decirlo claramente, la película es horrible, aún más que
la de Miner.
Lo
llamativo de esto es que SBP estrenó esta pseudo-secuela antes que Gativideo
estrenase la original en VHS; y eso no es todo, en 2002 Cocodrile tuvo
su propia secuela y, por supuesto, los muchachos de la editora la titularon El
Cocodrilo 3.
Por si a
alguien le interesa, la original también tuvo dos secuelas varios años después
conocidas acá por su título original en inglés.
Escape
en Tren 2 es en
verdad Daybreak (2000), pero los mismos chicos de antes nos quisieron
hacer creer que se trataba de una muy tardía secuela del clásico de 1985 con
Eric Roberts y John Voight.
En realidad
Daybreak no tiene nada que ver con Runaway Train, en esta
oportunidad tenemos a un grupo de delincuentes que toma un tren de larga
distancia y a sus pasajeros como rehenes enfrentándose con la policía.
La película
en verdad no es tan mala, más bien diría es pobre o mediocre, pero entretiene
un ratito. Los protagonistas son Ted McGinley y Roy Scheider dando algo de pena
en este tipo de productos.
Supongo que
al ponerle el título de secuela de una película de quince años atrás abran
querido atraer a un público adulto y memorioso, al que parece estar dedicada
esta película sobre policías viejos enfrentándose a ladrones jóvenes y medio
mamertos.
El Oso 2 podríamos decir que es la mejorcita
de las cuatro, pero ni por casualidad es secuela de la súper producción
dirigida por Jean Jacques Anaud en 1988.
En verdad
se trata de Grizzly Falls (1999), una muy tierna película inglesa
dirigida por Stewart Raffilll. Si bien no tiene la producción de la francesa y
se nota que es algo directo a DVD o con poca difusión en salas, la verdad es
que está realizada bastante dignamente.
La historia
no se parece mucho al original, “la primera” era de esas películas semi
documentales en la que se seguía a un oso durante unos años y se le encajaba
una historia medio forzada e inventada (algo similar a lo que hoy hace Disney
Nature). Esta “secuela” es sobre un niño que se pierde, es capturado por un
oso, pero luego se hacen amigos y viven un par de aventuras.
Voy a ser
sincero, me gustó más El oso 2, la del ’88 es medio soponcio, y la
“nueva” es entretenida y tiene un lindo mensaje, además el director es el mismo de Mi amigo Mac, Mannequin 2 y Piratas del hielo, o sea es un capo.
Este es el
caso menos comprensible para inventar una secuela, el público al que va
dirigida es netamente infantil y dudo que alguno recuerde la de Anaud, pero
bueh.
Por último,
si El Oso 2 es la mejor de estas cuasi secuelas, Aracnofobia 2 es
por lejos, lejísimos, la peor.
Esto que
intenta ser una secuela del éxito de Frank Marshall realizado en 1990 no es más
que Spiders (2000, nótese que todas son casi del mismo período) una
producción a la cual el clase B le queda chico, ni siquiera Z.
Hay un
experimento de la NASA que trabaja con ADN (¿?), lanzan un cohete (que es como
una cañita voladora mojada) ¡¡¡¡y se estrella en un bosque!!!!. Hay una
periodista medio estúpida interpretada por Lana Parrilla (la Reina de
Blancanieves en Once upon a Time, serie que me encanta) que se mete
donde no debe y se termina enfrentando a unas arañas gigantes que se mueven
como títeres mal manejados, ah y además hay unos sobrevivientes del cohete
medio deformes.
A ver, si
en la muy buiena película de 1990 habia tensión y suspenso, acá hay
ridiculeces, risas involuntarias, y ganas de pulsar el stop luego de los
créditos iniciales. Decirle bodrio le queda chico, espanto sería más correcto.
Acá si es
comprensible el título falso, es la única posibilidad de que alguien normal
pueda interesarse por semejante cosa, igual mentir no está bien, jeje.
Spiders tuvo dos secuelas (la segunda
estrenada el año pasado en 3D!!), pero ninguna se estrenó acá en DVD, por
suerte.
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