Bueno, no
voy a perder demasiado tiempo en explicar por qué estuve exactas dos semanas
sin publicar estos post diarios. El asunto es simple, estuve sin internet, ayer
a la noche se dignaron a repararlo, hoy vuelvo al ruedo, punto, sigamos.
Durante
estas dos semanas pude aprovechar para salir bastante, y claro, ir mucho al
cine... a decir verdad con poca suerte, mucho de lo que estuve viendo no es
digno ni de escribir un reglón. Entre esas cosas anduvo La Era del Rock
(Rock of Ages, 2012), un producto ultra promocionado, un musical alla
Hollywood que reúne a varias mega-estrellas de ese ambiente junto al director
de la mucho más lograda Hairspray (2007). El asunto prometía una
revalorización del ambiente pop-rock de los ’80 con una banda sonora para el
recuerdo. Nada de eso, las malas interpretaciones (actorales y musicales) y un
argumento rayano en la estupidez lo arruinaron todo. Salí de la sala puteando y
augurando que en otras manos otra sería la historia; lo que me llevó al mismo
pensamiento de siempre, aún como producto netamente comercial, los europeos
sabrían hacerlo mejor. Por eso me acordé de Disco (2008), una muy grata
comedia francesa que pese a ser un éxito en su continente, por el resto del
mundo pasó casi desapercibida.
Está bien,
como su nombre lo indica, Disco rememora el estilo de música homónimo,
anterior al pop-rock ochentoso del esperpento protagonizado por Tom Cruise; y
además, la francesa no es estrictamente un musical, o por lo menos no de esos
en los que los actores cantan sus emociones; pero sí se parecen en algo
fundamental, el recuerdo de un género, de una época, de un estilo, y se
diferencian en el tratamiento que cada una le da.
Franck
Dubosc es Didier Travolta (sí, se llama así) un cuarentón que parece no querer
adaptarse a las nuevas épocas, vive con la madre y no tiene trabajo, pero todo
eso no parece preocuparle Por lo menos no le preocupa hasta que su ex pareja
que vive en Inglaterra no le permite ver al hijo que tienen en común.
Desesperado por los hechos, se anota en un concurso de baile Disco que organiza
su amigo dueño de un bar (Gérard Depardieu) con el premio de unas vacaciones
para dos personas en Australia (oportunidad ideal para pasar unos días con su
hijo). En ese plan, Didier reúne a su otrora trío imbatible de las pistas, los
“Bee Kings”, y va a llegar hasta las últimas consecuencias con tal de ganar el
concurso. Ah, y hay asunto romántico con una profesora de baile interpretada
por Emanuelle “Plastilina” Béart.
¿El
argumento les suena parecido? Y si, es una reversión/parodia a Fiebre de
sábado por la noche (Saturday Night Fever, 1977), pero hecha con
todo el respeto a un clásico.
Ver a
Depardieu ya paga el valor de la entrada en cualquier película; pero en estos
asuntos en donde todo parece ser una joda, más aún. Dubosc está muy bien, pero
los laureles son para el rubio gordinflón. Verlo gastar la pista de baile, con
trajes llenos de brillo y peinados altos, bien valen para instalar una sonrisa
en la cara del más amargado.
La idea que
tomó su director y guionista Fabien Onteniente es en ningún momento tomarse en
serio, todo es una broma (no burla), un chiste, pura diversión; pero bien
hecho, como pensado para que los que aman los años ’70 se sientan vivos en su
momento. Sabemos que aquella época fue la mejor, crecimos, cambiamos, pero
podemos mantener vivas nuestras tradiciones. Todo lo contrario a llenarse de
clichés, burlarse de lo tonta que fue la época que pasó, y aggiornar las
canciones a un ritmo nuevo porque lo viejo ya fué y no sirve.
Precisamente
las canciones son el punto fuerte de esta producción; en su momento la película
la vi en una sala chiquita con poco público, y casi de casualidad. Cuando salí
quedé tan divertido y tarareando todo que quise conseguir ese soundtrack como
sea, tarea que me fue casi imposible, busqué en internet, en muchísimas
disquerías grandes, nada... y como suele pasar, dónde menos te lo esperás
encontrar, ahí estaba, aun precio baratísimo en una tienda muy chiquita de
Santa Teresita, olvidado y lleno de polvo, un material increíble. Cuento esto,
porque son dos experiencias distintas, la película está llena de canciones
geniales del género, lo más selecto de la época, pero el CD le agrega el toque
de que todas las canciones están enganchadas, recreando una perfecta sensación
de boliche (solo falta disfrutarlo con una gran bola de espejos). Acá
encontramos canciones de Donna Summer, Voyage, Gloria Gaynor, Cerrone, Earth,
Wind & FIRE, y más mucho mucho más. Sin lugar a dudas una banda sonora para
la gloria.
Se podría
discutir sobre el hecho de una película francesa recordando música
estadounidense que le es ajena (aunque también hay algo de su música), sobre si
el estilo del film no es más propio de Hollywood que de la cinematografía gala
(yo creo que no). Pero ese es otro tema, lo importante es plantear que Disco
entiende cómo se debe recordar las buenas épocas, rindiéndole honores, sin
“aggiornamientos” comerciales, teniendo un argumento simplísimo pero muy
divertido, y con buena, muy buena música. Del país al norte de nuestro
continente, sigo esperando algo que se le acerque.
AHORA
SÍ, LAS CANCIONES INCLUIDAS EN EL SOUNDTRACK:
I Love to Love - Tina Charles:
Blame it on the Boogie - The Jackson:
September - Christophe Willem:
First Be a Woman - Gloria Gaynor:
Supernature - Cerrone:
Sunny - Boney M
Heartbreacker - Christophe Willem:
Night Fever por Tina Arena:
Never can Say Good Bye - Gloria Gaynor:
Laisser Toucher - Cerrone:
Daddy Cool - Boney M:
Give Me Love - Cerrone:
Boogie Wonderland - Earth, Wind & Fire:
Fron East to West - Voyage:
It's Raining Man - The Weather Girls:
H.A.P.P.Y. Radio - Edwin Star:
Last Dance - Donna Summer:
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Excelente post, excelente película, gran trabajo de recopilación de hits! Coincidimos bastante con tu opinión de "Rock of ages" (no vamos a perdonar como Cruise destroza a Foreigner bajo ningún punto de vista) y nos alegramos que hayas vuelto a la red! Abrazo!
ResponderEliminarTotalmente!!!, salí de ver Rock of Ages con la idea de que habían destrozados todos esos clásicos a propósito. En mi opinión para interpretar canciones de los '80 como si fuesen hits modernos de la factoría Disney o Glee, mejor hubiese sido omponer canciones originales para el hecho. Es un despropósito
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